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Las tres cometieron los delitos de asesinato, atentado contra la autoridad y tenencia ilícita de armas. Montserrat ejecutó la muerte de Isabel Carrasco, Triana hizo seguimientos, le ayudó a buscar las armas e incluso hizo prácticas de tiro y Raquel participó en los hechos y ocultó el arma. Es el resumen que hizo hoy el fiscal Emilio Fernández en la exposición de las conclusiones finales, en las que consideró que las acusadas planificaron la muerte de Isabel Carrasco.
Está clara esa premeditación, dice, por la aparición en el domicilio de Triana de fotografías de la víctima, de su domicilio, por las búsquedas de armas por Internet y por los seguimientos hechos, con la vigilancia de su portal. Montserrat, sostiene, salió de casa ese día preparada para matar y ataviada para no ser reconocida (con gorro, fular y guantes en una jornada templada de mayo).
El pasadizo elegido para que la madre se cambiase de ropa y entregase el arma a su hija, dijo, era un espacio recogido y muy adecuado. Sobre el estado mental de la madre, no cree que padezca el trastorno delirante que la habría llevado a cometer el crimen, según su defensa.
Además, expuso que cree que aparte del asesinato se cometió un delito de atentado contra la autoridad porque a Isabel Carrasco “no se la mató como persona particular sino por lo que era, presidenta de la Diputación y del PP”. Por eso, ve incongruente que la defensa de madre e hija no lo entienda así. Tampoco piensa que existiese la persecución a Triana que ésta alega, tanto en el ámbito laboral como personal -con una supuesta insinuación sexual- y económico. Las argumentaciones de la acusación pública descartan, por otro lado, que los policías llegado de Burgos para colaborar en la investigación engañasen a madre e hija como ellas aseguran.
Respecto a Raquel Gago, quien sostiene que no se dio cuenta de que Triana introdujo el bolso con el arma del crimen en su coche cuando ella conversaba con un controlador de la ORA. “Esto no se puede creer razonablemente, ni que después no mirase o no sospechara”, señaló el fiscal. Además, considera “muy curiosa” la presencia de la agente de Policía Local durante una hora en el lugar al que Triana llegó poco después del asesinato.
El fiscal mantiene que Raquel Gago participó en seguimientos hechos a la víctima, por la coincidencia de llamadas con las otras dos acusadas y sus respectivas localizaciones y rechaza los errores en el listado sobre las ubicaciones tanto de ellas como de las víctimas. También incidió en que Gago no comentó a nadie -ni familia, amigos, pareja o compañeros- que había estado con madre e hija minutos antes del crimen y con Triana poco después. El fiscal no cree que la agente no se percatase de que su amiga dejó algo en el interior de su vehículo.
Alternativas
Respecto a las alternativas de condenas que plantea, señaló que no supone que tenga dudas de la implicación de las tres, sino que se trata de propuesta encaminadas a evitar que pudieran quedar absueltas Triana y Raquel si la mayoría (siete de los nueve miembros del jurado) no coincide en la culpabilidad. Por eso, contempla la posibilidad que se se considere la condición de cómplices para ambas, con 12 años de prisión para cada una. Y como última posibilidad, reclama para Raquel Gago que sea condenada únicamente como encubridora, con de tres años de cárcel.
Investigación
Para concluir su intervención, el fiscal solicitó la apertura de una investigación sobre la incomparecencia del letrado de Gago, Fermín Guerrero, el 27 de enero, lo que obligó a suspender la vista ese día. Considera que, según la ley, esa ausencia “sin causa justa” implica la comisión de un delito y cree que “hace falta una justificación completa de lo que pasó y hasta ahora no se nos ha dado”. El letrado, añadió, debe esas explicaciones tanto a las partes como “a León y hasta a España entera” y reclama que se remita el caso al juzgado de guardia y se investigue lo que pasó.