Esperando a Mañueco

Me quiere, no me quiere. Así anda más de uno en el PP leonés, deshojando la margarita  a la espera de que el presidente electo del partido, Alfonso Fernández Mañueco, le llame para ofrecerle un puesto en su nueva ejecutiva regional. No hay duda de que la provincia leonesa tiene que estar representada en la  nueva dirección del PP. ¿Pero quiénes serán los elegidos y en qué puestos? Esperan con ansiedad la decisión. ¿Será integrador? ¿fomentará la fractura interna en el PP leonés entre los seguidores del derrotado Silván y los carrasquistas que representan el 25% del partido? Mañueco calla. Quizás no comenté ni al propio Herrera su estrategia hasta la víspera del congreso, este sábado 1 de abril. Ha comenzado la bicefalia.

Lo que sí tiene previsto Herrera es llamar a capítulo al alcalde Silván y al presidente Majo. Antes de que se consume el traspaso de poderes en la cúpula del partido. Va a hacer autocrítica en privado y, al mismo, tiempo, pedirles que no se cometa el mismo error en el próximo congreso provincial del PP leonés. Herrera quiere –con permiso de Mañueco- una única lista. Antes de la debacle de las primarias, Majo era el candidato mejor situado a presidir el PP leonés; ahora, no. Herrera quiere a Silván. El alcalde de León necesita territorio y tiempo. Majo podrá ser su número dos. Pero Silván tiene que estar al frente del partido si quiere conservar alguna posibilidad de optar a la candidatura a la Presidencia de la Junta.

Así es la política, injusta. Majo ha trabajado muy bien desde la Diputación. Y merecía su premio, pero tendrá que esperar, Eso sí, a Majo le pasa lo que a Silván, no controla El Bierzo. Y ésa será una de las exigencias de Herrera: recuperar El Bierzo, reconquistarlo de la influencia de los antiguos diputados y colaboradores de Carrasco. Sin El Bierzo no se puede ganar con garantías el control del PP provincial. Y hay que empezar por Ponferrada, donde Silván,  a pesar der su primo el senador vasco Hevia, no tiene influencia. Todavía están muy abiertas las heridas internas por los casos Riesco y Juan Elicio.

A Herrera le quita el sueño dejar como herencia la semilla de una segunda lista que compita contra Silván y Majo. Mañueco debe estar frotándose las manos tras los cristales de los enormes balcones que dan a la majestuosa plaza mayor de Salamanca. Que se devoren entre ellos, debe pensar. Y es que antiguos carrasquistas están sopesando ponerse a trabajar una segunda lista, dado el éxito de la oposición a Silván en las primarias.

¿Juan Pablo, Gavilanes…? Y quizás alguno más de la anterior Corporación Municipal de León. Ya se sabe, la venganza es un plato que se sirve frío. Pero ¿a costa de la estabilidad del partido? Herrera hará un último llamamiento a la responsabilidad y pedirá a Silván y a Majo generosidad, negociación e integración. Una mano tendida a los carrasquistas y planes definidos para tender puentes en El Bierzo, Cabrera y Maragatería.

En cualquier caso, todo dependerá de la lista final que presente Mañueco en el congreso del sábado. ¿Estará en ella el senador Luis Aznar? ¿o el diputado Eduardo Fernández? Anoche los dos negaban haber recibido de Mañueco oferta alguna. Será cierto. Pero la semana es aún muy larga. Eduardo Fernández ya lo ha sido casi todo y no puede aspirar a ser la mano derecha de Mañueco por incompatibilidad. Algo parecido le sucede a Luis Aznar. Pero, ojo, ambos aspiran a seguir en sus puestos nacionales en unas próximas elecciones generales. De ahí que necesiten el apoyo de Mañueco y el visto de bueno del eje Maillo-Cospedal.

Lo único cierto es que el congreso regional de este sábado será la primera batalla del congreso provincial del PP leonés de mayo. Y Herrera, Silván, Majo, Mañueco y muchos más lo saben.