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Los trabajadores de Ciuden no entienden el “empeño” de Castiñeiras en “dar por muerta” la captura de CO2

El Comité de Empresa advierte de que “las instalaciones que han costado a los contribuyentes 200 millones de euros se van a dedicar a la simple generación de calor para el procesado de biomasa”

El periódico The Guardian publicó el pasado 31 de enero que la Oficina Nacional de Auditoría británica había iniciado una investigación para averiguar por qué el ministro de Hacienda, George Osborne, había dado carpetazo al proyecto de investigación tecnológica de captura de CO2 que se estaba desarrollando en la central térmica de carbón de Drax, en Selby, al norte de Inglaterra. La decisión se considera por el organismo de control precipitada y, en palabras entrecomilladas de uno de sus miembros, corta de miras, no sólo por la pérdida de millones de dinero público invertido en las instalaciones y en la investigación sino también porque consideran las tecnologías de captura y almacenamiento de CO2 esenciales en la lucha a largo plazo contra el cambio climático. El artículo señala igualmente que el Comité sobre el Cambio Climático, organismo independiente que asesora al gobierno británico, había advertido en días previos que los costes de cumplir los objetivos de reducción de emisiones, que Gran Bretaña se ha marcado, se duplicarán sin las tecnologías de captura y almacenamiento.

Con esta situación vivida en Reino Unido, con la que se trata de crear un paralelismo con lo que puede suceder en España, comienza el comunicado remitido este lunes por el comité de empresa de Ciuden, que continúa de la siguiente forma: “Pues bien, el pasado jueves el Director General de la Fundación Ciudad de la Energía participó en un programa de la televisión local para defender que la captura de CO2 está muerta y que las instalaciones del Centro de Desarrollo de Tecnologías de CO2 (es.CO2) de Cubillos del Sil, que han costado a los contribuyentes la nada despreciable cifra de 200 millones de euros, se van a dedicar, para sorpresa de la mayoría de los que aquí trabajamos, a la simple generación de calor para el procesado de biomasa. Para que los lectores nos entiendan, la Fundación Ciudad de la Energía (ente público y, por tanto, de todos) que tiene unas instalaciones únicas en el mundo para desarrollar tecnologías que reduzcan las emisiones contaminantes, y de manera significativa la captura de CO2, pretende utilizarlas, por decisión exclusiva de su actual director general, a modo de pequeña central térmica de vapor, unas cien veces más pequeña que su vecina central de Compostilla”.

En un contexto marcado por el Acuerdo de París de diciembre pasado sobre el cambio climático, que impone a los gobiernos buscar todo tipo de medidas para reducir emisiones, y ante el que otros países ven la captura de CO2 como una gran oportunidad para hacerlo manteniendo el suministro energético, los trabajadores de Ciuden plantean una serie de cuestiones: “Sólo podemos preguntarnos con perplejidad por qué el Director General de la Fundación sale a la palestra a echar tierra al proyecto español. ¿Qué intereses está defendiendo?, ¿los de la Ciuden?, ¿los del Bierzo? ¿los de los dineros públicos (españoles y europeos) invertidos en las instalaciones hasta la fecha? Esperemos que nuestros auditores estén pendientes de ello, como lo están haciendo los británicos”.

El mismo artículo del The Guardian trascribe la siguiente reflexión de los auditores británicos: “La repentina decisión del canciller de abandonar el apoyo a esta tecnología de vanguardia después de 10 años de promesas no sólo ha dañado la confianza del inversor, en un momento en que necesitamos desesperadamente inversión en nuestro sector de la energía. También significa que millones y millones de libras de dinero de los contribuyentes se han simplemente perdido”.

Por ello, desde el Comité de Empresa afirman: “Nos preocupa que el mensaje que se ha estado trasmitiendo pueda desconcertar, al menos, a potenciales inversores en este tipo de tecnología, y mucho nos tememos que mal se podrá conseguir financiación privada para el proyecto, si quien tiene encomendada la gestión de defenderlo no cree en ello, ni da certezas”.

“Esta reflexión la hacemos extensiva a lo manifestado por Eduardo Castiñeiras sobre nuestros museos (antiguas centrales térmicas de la MSP y de Compostilla I). Los posibles interesados en el mecenazgo de los museos sólo contribuirán si se realiza una apuesta seria por sus potenciales contenidos, y respecto a los que ya se había hecho también la correspondiente inversión de dinero público. Señalaba Castiñeiras en sus declaraciones, que ahora que las obras del segundo de los museos están acabadas es hora de llamar a puertas para buscar nuevos gestores. Pero ¿qué se ha estado haciendo entonces durante los dos últimos años? Esperamos que no sea únicamente gestionar la ejecución de unas obras”, manifiestan los trabajadores de Ciuden.

“Insistimos, los trabajadores de la Fundación seguimos a la espera de un plan de futuro a la altura del que existía hace 4 años para este ente y para el Bierzo, y que no sea la continuidad en el empeño en reducir todos los contenidos de la Fundación a la mínima expresión”, concluye el Comité de Empresa.