Noroeste dividido

La conformación de España como una nación donde, contadas excepciones como Madrid, Zaragoza o Valladolid, el resto de su mayor población, comunicaciones e industria son perimetrales y costeras, desde siempre ha obligado a una estructura radial de las comunicaciones, por ejemplo. En esta semana ha nacido una plataforma conformada por las cámaras de comercio y asociaciones empresariales de León, Galicia, Asturias y Cantabria para reivindicar una mayor atención pública, infraestructuras, para el noroeste español. Una muestra de que la iniciativa privada, al menos en su parte asociativa, ha mostrado estar viva y una propuesta así implica que la sociedad civil existe en una democracia donde este tipo de plataformas dan muestra de salud democrática y fortaleza social.

Jarro de agua fría. El consejero de Fomento, Suárez Quiñones, responde al día siguiente desde León que recomendó a la plataforma que «se integren en el Protocolo de Aveiro», esto es, un plan interregional, por lo tanto político, que busca incrementar las infraestructuras por tierra y conectar a Portugal y España desde sus principales puertos hasta los destinos de mercancías al centro europeo. Sin embargo, las prioridades de Aveiro no pasan todas por las mismas zonas que las de la Plataforma del Noroeste, y al revés. Un ejemplo, el puerto de Vigo y Porto son puntos básicos frente, por citar de lo poco publicado que existe, La Coruña o Gijón. Es decir, se refuerza la entrada y salida mercantil por las rías bajas dejando en un segundo tiempo las altas, o las conexiones asturianas. Eso a los bercianos, a los astorganos o a todos los leoneses nos importa bastante.

 
Uno no quiere entrar en provincialismos estériles, pero mal empezamos cuando las administraciones públicas y por ende, políticas, van por un lado, y la sociedad civil por otro. Pedir unidad está bien, pero que se unan a mí los otros muestra poca cintura en ambas partes.

Para ABC