El Presidente del Consejo Comarcal de El Bierzo, Gerardo Álvarez Courel, anunció este lunes que se había curado de covid-19, enfermedad de la que empezó a efectos el lunes día 16.
En su caso, Courel afirma haber tenido como único síntoma del coronavirus la fiebre alta. Se ha confinado en su casa, “suficientemente grande para estar aislado sin perturbar a los demás”, dice (en su hogar conviven 3 personas).
En la parte alta de su vivienda, se ha dedicado a trabajar y a leer en los ratos libres. “No he estado de baja”, pues más alla de la “frente caliente” nada le ha impedido ejercer su labor, afirma. La institución que preside, el Consejo Comarcal, se encuentra activo. Únicamente uno de los informáticos acude regularmente a las oficinas del Edificio Minero. El resto, se organiza por teletrabajo para llevar a cabo la actividad.
Álvarez Courel señala que, por ejemplo, el Banco de Tierras puede funcionar pero con dificultades porque no se pueden hacer actos tales como “firmar una cesión de fincas”, por ejemplo.
En cambio, el presidente del Consejo remarca que sí se funciona al 100% es en el Centro de Asistencia a Drogodependientes (CAD) que incluso se ha reforzado con voluntarios de Protección Civil, hacia los que Courel expresó un “agradacemiento infinito”. Estos voluntarios se encargan de desplazarse a varias zonas de la comarca para suministrar la metadona de manera que no sean los receptores quienes tengan que ir y venir.
Para Courel, la grave situación en El Bierzo tiene en la muerte de más de una veintena de personas un “drama por el que sufrir”. Se trata de “más de veinte dramas familiares” que “cualquiera podemos sentir como propios”, dijo, recordando que además las circunstancias no permiten que las familias despidan a los suyos “como a cualquiera nos gustaría”.
Gerardo Álvarez señaló que “la población se ha mentalizado de que hay que quedarse en casa” para minimizar el impacto y dijo ver, en las crecientes cifras de curados, “un aliento a la esperanza”.
Por último, Courel reconoció que no sabe preparar limonada pero que, por fortuna, contaba con botellas del año pasado con las cuales espera disfrutar de una “tradición muy nuestra” que invitó a mantener para, dentro de las extrañas circunstancias, sentirnos en Semana Santa.