En 1965, el arquitecto conquense Carlos Flores se propuso un objetivo, captar con su cámara la esencia de la arquitectura popular de España, en peligro por el desarrollismo de la época. Así, durante casi una década (1965-1973), recorrió la geografía española reflejando en sus instantáneas sus pueblos, sus edificaciones tradicionales y, al mismo tiempo, la vida de sus gentes. Treinta y siete años después, en 2002, el Museo Etnográfico de Castilla y León (Mecyl) iniciaba otra misión, la recuperación de las 11.500 fotos de Flores guardadas durante tres décadas en sobrecitos y cajas de cartón y de galletas. “Algunas estaban en muy mal estado”, recuerda Emilio Ruiz, bibliotecario del Mecyl y encargado del proyecto.
A partir de ahí, comenzó un arduo trabajo en el que participaron muchas personas, incluidos estudiantes universitarios a los que Ruiz quiere agradecer su dedicación. De las 11.500 fotos, el Mecyl ha digitalizado 2.092, las correspondientes a Castilla y León, que el museo ha ‘desclasificado’ y colgado en su web, a modo de exposición virtual, abierta al público en general.
Las fotografías también han protagonizado una exposición física que tras ver la luz en el Mecyl está viajando a otros puntos de la Comunidad. Según explica Emilio Ruiz, “Carlos Flores reflejó a través de sus instantáneas los núcleos habitacionales hechos por y para el ser humano”.
Entre las instantáneas digitalizadas se encuentran 23 del Bierzo: 12 de Paradaseca, 5 de San Román de Bembibre, 4 de Trabadelo y una de Villafranca.
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