El 9 de marzo de 2018, a las 10.40 horas, tres hombres rajaron con un objeto punzante los neumáticos izquierdos de un coche de la Guardia Civil, que estaba aparcado en un bar de Astorga, cercano a la N-VI.
Tras ello, huyeron del lugar de los hechos en un Volvo, que más tarde se localiza en el aparcamiento de un restaurante cercano a la A-6 por agentes de la Guardia Civil, tal y como detalla el fiscal.
Más tarde, vuelven al vehículo y escapan tomando la N-VI en sentido contrario, por una zona excluida, poniendo en peligro a los demás conductores, uno de ellos tuvo que frenar para evitar un grave accidente.
La Guardia Civil les dio el alto, a través de señales luminosas y megafonía, a lo que los acusados no solo hicieron caso omiso, sino que aumentaron la velocidad y ocuparon los dos carriles para no ser adelantados.
Continúa su huida con un brusco tiro a la izquierda para entrar en la LE-5322, que obligó a un conductor a apartarse al arcén para evitar una colisión. La velocidad en esta carretera era superior a la permitida, alega el fiscal. Además siguen invadiendo el sentido contrario en todas las curvas, llegando a perder el control y a hacer un derrape que obligó a una persona a apartarse a la cuneta para evitar ser atropellado.
Una vez en Ucedo, la peligrosidad aumentó ya que las carreteras son más estrechas y la velocidad está limitada a 30 km/h, por lo que la Guardia Civi abandonó la persecución.
Por todo ello, los acusados serán juzgados por los delitos de conducción temeraria y leve de daños. Se enfrentan a una pena de tres meses de multa cada uno, con una cuota diaria de ocho euros, y además, al conductor se le pide una pena de dos años de prisión, y la prohibición de conductor vehículos de motor durante cuatro años.
Además, deben indemnizar en 232 euros al Ministerio del Interior por los daños causados en el coche de la Guardia Civil.
