Atapuerca, 20 años de un Patrimonio de la Humanidad

En el año 2000 la UNESCO concedió a los yacimientos este reconocimiento
Yacimiento Gran Dolina en Atapuerca / Ical

El 30 de noviembre del año 2000, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, más conocida por sus siglas UNESCO, declaró a los yacimientos de Atapuerca como Patrimonio de la Humanidad. 20 años después, este entorno, repleto de tesoros arqueológicos, continúa sorprendiendo a sus investigadores y se espera que en los próximos años se lleven a cabo nuevos descubrimientos.

Desde el inicio del Proyecto Atapuerca, en 1976, hasta la actualidad, los yacimientos han destacado por hallazgos, logrando múltiples hitos en la historia y dando a conocer el nombre de Atapuerca en todo el mundo. Un logro que destaca uno de sus codirectores, Eudald Carbonell, que afirma que esta declaración, unida a la del Camino de Santiago y al de la Catedral de Burgos, ambos elementos relacionados con la sierra, han creado un “paquete”, permitiendo que todo el mundo conociera y entendiera Atapuerca.

Al hilo de esto, existe una anécdota que todos los codirectores recuerdan con mucho cariño. Fue durante un viaje a Nueva York, donde les preguntaron por Burgos y dónde se situaba, señalando si estaba cerca de Atapuerca. “Es muy curioso, porque se ve la trascendencia que tiene lo local”, afirma Carbonell.

“El origen de la presencia humana para nosotros era muy importante que fuera un patrimonio, no solo para Burgos, Castilla y León, España y Europa, sino un patrimonio que todo el mundo pudiera, como mínimo, conocerlo y entenderlo. Es un patrimonio único y especial” subraya el investigador

Al respecto, recuerda que en el año 2000, cuando presentaron su solicitud ante la UNESCO, ya habían diseñado una serie de proyectos para Atapuerca, que permitiesen a la gente conocer más sobre la historia del ser humano. “Era un potencial que teníamos que desarrollar. Que nos dieran la declaración de Patrimonio de la Humanidad contribuyó de manera específica a analizar el proyecto que estábamos desarrollando”, añade.

Yacimiento de Cueva del Mirador en Atapuerca / Ical

 

Un Patrimonio de hitos

Tal y como asegura Carbonell, el registro arqueológico y paleontológico “único” de Atapuerca fue una de los motivos para ser declarado Patrimonio de la Humanidad. “Hemos encontrado todas las especies que han habitado en Europa, y científicamente ha contribuido a tener una visión distinta de la humanidad”, asegura, destacando especialmente en Eurasia por los registros y fósiles hallados.

En este punto recuerda que los yacimientos fueron el lugar de descubrimiento de una especie nueva, bautizada con el nombre de Homo Antecessor que vivió en la Península hace 800.000 años. Además, en Atapuerca también se ha descubierto el ADN mitocondrial y nuclear más antiguo que se conoce, un premolar y una mandíbula humana en la Sima del Elefante con 1,2 millones de años.

Por otro lado, la Sima de los Huesos es uno de los yacimientos más famosos de este complejo, puesto que en él se encuentra la mayor acumulación de restos fósiles humanos, de hace unos 500.000 años. Los investigadores señalan que todas las evidencias apuntan a que este lugar es el testimonio más antiguo de práctica funeraria de la humanidad. “Atapuerca está cargada de hitos científicos y que están muy ligados a este reconocimiento como Patrimonio”, apunta Carbonell.

Sin embargo, afirma que la búsqueda no ha terminado. “Después de 40 años de peritaje está a punto de empezar otra vez a dar resultados extraordinarios”. “Entramos en una fase de consolidación, de inicio de un nuevo proyecto, que tiene para decenas y centenares de años”, subraya el codirector. A pesar de las restricciones que tuvieron este año las excavaciones por la pandemia del COVID-19, Eudald Carbonell defiende que no han dejado de trabajar y esperan grandes resultados en los próximos años, aventurando incluso que en tres o cuatro habrá en Atapuerca “descubrimientos muy importantes”.

Yacimiento de Galería en Atapuerca / Ical

 

Apoyo de las Asociaciones

Más allá de los yacimientos, Atapuerca cuenta con el apoyo de todo el entorno burgalés, que celebra cada descubrimiento como propio. Un ejemplo de ello son las asociaciones, que estuvieron ahí años antes de su declaración como Patrimonio, y continúan apoyando su consolidación.

Son la Asociación Amigos de Atapuerca, que celebra su 25 cumpleaños, y la Asociación de Amigos del Hombre de Ibeas-Atapuerca (Acahia), que cumple este 2020 su trigésimo aniversario. Dos organizaciones que han visto crecer este Patrimonio de la Humanidad a lo largo de los años. “Se ha formado un conglomerado local y universal para que todo tuviera la trascendencia que tiene que tener un proyecto de esta índole”, asegura Carbonell.

“Acahia se fundó con la idea de unir el pueblo de Ibeas con el yacimiento”, recuerda la presidenta de esta Asociación, Inmaculada Ibeas, señalando que hasta aquel momento el pueblo había vivido “un poco de espaldas al yacimiento”. El objetivo principal era dar a conocer el pueblo, y su importancia. Por ello se empezaron a desarrollar una serie de actividades, como organizar las primeras visitas guiadas a los yacimientos o la celebración de una comida de hermandad con los excavadores durante el mes de julio.

De hecho, una de las actividades que se lleva a cabo desde hace 18 años para conmemorar la declaración de Atapuerca como Patrimonio de la Humanidad es la marcha a pie a los yacimientos de la sierra. Una iniciativa de gran éxito entre los burgaleses, y que según recuerda la presidenta de la Asociación de Amigos de Atapuerca, Isabel Torrientes, fue promovida por las Asociaciones. “Todo lo que se ha vivido a lo largo de estos veinte años, todo el boom, hemos estado ahí”, asegura la encargada de la organización de la Batalla de Atapuerca, evento declarado de Interés Turístico de Castilla y León.

Este año, debido a la pandemia, las celebraciones en Atapuerca serán de forma virtual, con un vídeo conmemorativo en el que han participado tanto las asociaciones, como los Ayuntamientos de Atapuerca e Ibeas de Juarros, el Museo de la Evolución Humana y la propia Fundación Atapuerca.

Vista de la entrada a la trinchera del yacimiento de la sierra de Atapuerca / Ical