Los vecinos de la calle Alcón y las colindantes seguían sin dar crédito esta mañana a lo sucedido de madrugada, cuando una explosión sacudió la zona, según las primeras informaciones provocada por el inquilino del segundo piso del número 21 de esta vía, que estaba a punto de ser desahuciado. De hecho, según apuntaron algunos vecinos a este medio, el desahucio estaba previsto para este mismo jueves "y optó por volar el edifcio".
Uno de los vecinos de la zona reconoció que "no escuché la explosión como tal, pero sí oí ruidos, y al levantarnos ya vimos lo que había pasado. Afortunadamente a esa hora no pasaba nadie por la calle, porque si le cae uno de esos ladrillos encima lo mata".
El gran disgusto se lo llevó una vecina que vive unos metros más allá del lugar de la explosión, pero que había aparcado su coche (un Seat Tarraco) justo delante del portal del número 21: "Me enteré a eso de las 7 de la mañana, cuando iba a llevar a mi hija al colegio. Me asomé a la ventana y al ver a la policía le pregunté a mi marido dónde había aparcado. Al principio pensábamos que se había salvado, pero resultó ser el nuestro".
Un presunto negocio de prostitución
Según otros vecinos, aunque el inquilino del número 21 no era especialmente problemático en la convicencia habitual ("siempre saludaba"), sí que había tenido algunos episodios en los que "salía a la calle gritando 'viva Franco' o bailando, muy bien no estaba".
También varias fuentes aseguraron a este periódico que en el piso donde se produjo la explosión funcionaba un presunto negocio de prostitución, "pero lo llevaba a su manera y no se enteraba nadie ni daba problemas a los vecinos", aunque otras apuntan que contaba con antecedentes policiales.
Tampoco desentonan demasiado los escombros teniendo en cuenta que Ponferrada parece una pocilga y las calles están permanentemente invadidas de suciedad y porquería al por mayor