A la hora de escribir estas letras en los cada vez más escasos quioscos de la comarca del Bierzo se puede ver a través de sus cristales la nueva y última portada del semanario de papel Bierzo 7. Piloto, mi quiosquero desde hace años, me cuenta que el montoncito de ejemplares que le llegaban para vender era cada vez más raquítico, como en casi todos los periódicos y revistas que pone a la venta con tesón y parsimonia todos los días.
A buen seguro, la edición que pone punto final a la vida de este medio de comunicación se agota. Somos así, el morbo tira mucho y vende. Y si no que se lo pregunten a Tele5, que vive fundamentalmente de los productos de ‘casquería mediática’. Todo por las audiencias, ya se sabe. De audiencias duplicadas por arte de birli birloque y magia borrás también podríamos hablar, y mucho. Pero no vamos a aburrirles con nuestras cosas y para eso hay organismos judiciales, por cierto, qué lentos…
Me alegra mucho que se cumpla aquel axioma que nos enseñaron en la facultad sobre “perro no muerde a perro”, aunque luego andemos a leches todos los días. Quiero decir que es unánime el clamor de nuestros compañeros de profesión sobre el homenaje a los compañeros que se quedan en la calle y el funeral digno que se está dando a esta entrañable publicación tan berciana, tan nuestra.
Seguro que muchos de los que ahora se rasgan las vestiduras sobre el óbito, lo hacen con lágrimas de cocodrilo, y andan con la risa interna sibilina de “uno menos”. Esa forma de pensar, que la hay, denota la altura del personaje. Ya están calculando en la sombra qué parte del pastel publicitario o de la audiencia les queda libre, por pequeño o grande que sea, porque bien enana es su altura, sobre todo de miras. Les aseguro que personajes de estos también los hay entre la grey periodista, santa y canalla a la vez.
Quiero meterme en la piel de Mario Tascón y Alberto Villaverde. Padres putativos de la criatura que hoy enterramos. A Mario le estoy conociendo más últimamente por casualidades de la vida y una relación común. Es el más conocido de los Tascón fuera del Bierzo, un gran profesional, como su hermano, Fernando.
A Alberto Villaverde lo conozco por su faceta política. Pocos han trabajado tanto por el centroderecha berciano. Siempre detrás de los primeros espadas comarcales. Empresario por los cuatro costados. Y como emprendedor, con alguna cortada que otra en el sentido aventurero de las sociedades anónimas, limitadas y demás. Todo un personaje al que aprecio, y que si viviese en la época de Velázquez el artista retrataría con maestría de claroscuros.
No me duele en prenda. Lo afirmo alto y claro, la principal figura de la propiedad del medio. Todavía recuerdo un lunes a las nada cómodas ocho horas de la mañana en que me citó en unas oficinas donde Jesucristo perdió la sandalia para explicarle un proyecto de hoja de lunes deportiva. DB se llamaba. Deportes Bierzo. En un pliego del tamaño en que se imprimía Bierzo 7, esto es, cuatro páginas, se resumía la jornada deportiva con la Ponferradina como tema estrella. Años después la propia Deportiva tendría su propia publicación gratuita. Lo que demostró que el invento viable era. Pero ahí estaba yo con mi número cero, mi proyector de diapositivas y mi dossier explicando a una pared que lo único que pretendía era burlarse del periodista como tiempo después comprendí. El dinero invertido nada supe de él. Y la aventura en B7, un parto de nueve meses, la borré para siempre de mi CV y de mi memoria.
Nada de aquel bello sueño de tener una publicación berciana en papel, que luego saltase a diario, como le pasó a ABC hace más de un siglo y a otros muchos medios, esta semana sin ir más lejos lo va a intentar otro ‘ladrillero’, Méndez Pozo, con su El Día de León en formato semanario con vocación de diario para toda la provincia; llegase a cumplirse. El sueño de Tascón y Villaverde se pervirtió con la entrada de dinero y utilización del medio como arma de poder e influencia para otras cuestiones. Un modelo en declive como demuestra lo que le está pasando a otros medios de la provincia con mucho nombre y ruido, pero pocas nueces. Los digitales crecen en audiencia y facturación sin control excesivo del poder empresarial y poco del político. Las redes sociales son un coladero del que solo el tiempo sabrá discernir entre la ‘mierda’, con perdón, y el periodismo de calidad, rápido pero riguroso.
Por todas estas cosas y otras muchas más, animo a los compañeros de Bierzo 7, que mañana ya no tendrán nada que ver con esa cabecera, a que piensen que cuando una puerta se cierra otra se abre, y si no, se construye. Al fin y al cabo el oficio vocacional con ribete universitario que es el periodismo nunca morirá porque siempre habrá cosas qué contar. El cómo y dónde es cosa solo nuestra.
Para todos vosotros que formábais el último equipo de Bierzo 7, que sabéis perfectamente lo mucho que os aprecio y que por supuesto en éstos momentos tan dificiles deseo estar a vuestro lado, para agredeceros lo mucho que habéis hecho por todos nosotros los lectores que os seguíamos semana a semana y de lo que yo personalmente os agradezco personalmente, siendo consciente totalmente de vuestro esfuerzo de día a dia, por vuestra excelente profesionalidad totalmente demostrada y sin lugar a dudas de que para mi sois los mejores profesionales y mejor personas. Sois lo mejor que que me ha podido pasar en mi relación con Bierzo 7, el haberos conocido. ¡Hasta siempre BIERZO 7!!!