Poco a poco, se van despejando dudas sobre las candidaturas a la alcaldía de Ponferrada.
Hace ya algún tiempo, conocimos la apuesta el Partido Socialista: Ángela Marqués. Ayer, se ha desvelado el nombre de la candidata del Partido Popular: Gloria Fernández Merayo.
No es más que una muestra de normalidad democrática, pero, aun así, me alegro. Creo que es una buena noticia que dos mujeres jóvenes, con experiencia política, y con suficiente preparación encabecen las listas de los dos principales partidos.
Ahora, hay que esperar que las dos organizaciones sean generosas y les dejen las manos libres para confeccionar unas listas en las que prevalezca la valía personal y profesional de los aspirantes a concejales sobre el poder del aparato, los amiguismos, las obligaciones contraídas y demás zarandajas que crean unas tensiones enormes y acaban estropeando la candidatura.
Aun así, tendrán una larga y penosa tarea, porque tendrán que hablar con mucha gente, dar las gracias a unos, por los servicios prestados y mantener una postura firme con otros. Habrá que eliminar a los dinosaurios y a los traidores: a los primeros, porque ya cumplieron; a los segundos, porque es bien sabido que, quien traicionó una vez, ya sabe el camino…
Aquí lo tiene menos complicado la candidata socialista, porque parte de una situación insólita –una concejala– que hace innecesaria la limpieza. Y todo, gracias a una nefasta gestión de una moción de censura que, en un principio, contaba con todas las bendiciones. Después, se fue envenenando por varias razones entre las que destaca, poderosamente, la ineptitud del entonces secretario de organización socialista. ¿Alguien se acuerda de su nombre?
No lo tendrá fácil, de todas formas. El aparato, las cuotas, las familias….
Mucho más complicado lo tendrá la candidata del Partido Popular. Por un lado, hay que limpiar. Y a alguno/a, ya con el colmillo retorcido, no se le podrá despegar ni con una espátula, así que tendrá que procurarse una buena dosis de disolvente y otra de mano izquierda, metafóricamente hablando.
Por otro, al no ser elegida por los militantes, sino designada por el dedo divino –no sé de quién– , sospecho que no tendrá las manos tan libres como ella desearía.
Así que, a la espera de lo que hagan Izquierda Unida, el Partido del Bierzo y Tarsicio (qué bien me cae), no sé si Ciudadanos, o Podemos, deseo a las dos candidatas mucha suerte.
Bueno…. A una, un poco más de suerte.
Me acabo de acordar del nombre del secretario de organización socialista. Era Óscar López, y fue nombrado por Rubalcaba.
¡Joder, Alfredo!