El desprendimiento de rocas que mantiene cortada la carretera CL-631 en Páramo del Sil desde el pasado 14 de mayo es sólo el penúltimo capítulo de una serie de catastróficos sucesos en las vías de nuestra comarca que están convirtiendo en una aventura conducir por el Bierzo. Da igual si las carreteras son de titularidad estatal, autonómica o provincial –el estado de las calles de muchas localidades daría para otro artículo–, ya sea por falta de mantenimiento, errores de base o simple mala suerte, los eventos de este tipo se vienen sucediendo con demasiada regularidad en los últimos años.
El más espectacular fue el derrumbe de una sección del viaducto del Castro en plena A-6 en junio de 2022, que terminó provocando su demolición completa y posterior reconstrucción, que todavía sigue en marcha, aunque la promesa es que para finales de este año quede restablecida por completo la circulación en ambos sentidos.
Antes de eso ya se habían registrado serios problemas en la carretera a Peñalba de Santiago, afectada por los corrimientos de tierras provocados por el gran incendio de la Tebaida de 2017. A la espera de que la Diputación de León encuentre una solución definitiva, se abrió un nuevo acceso al pueblo a través del Alto de la Cruz que, al menos, evita que sus vecinos se queden incomunicados cuando las lluvias provocan nuevos derrumbes sobre el vial.
También en la zona de Puente de Domingo Flórez tienen que lidiar a menudo con estos problemas, tanto en la carretera que va a Ponferrada como en la que sube a San Pedro de Trones, donde Diputación anunció a finales de 2023 la licitación por la vía urgente de las obras de reparación.
El viaducto de La Barosa, un año de obras
En el caso del viaducto de La Barosa que sirve de enlace entre la N-120 y la carretera que va a hacia Carucedo y Las Médulas, su demolición vino provocada por los daños producidos por el choque de un camión que excedía el gálibo del puente en agosto de 2021. Un año después, en julio de 2022, entraba en servicio el nuevo viaducto, de mayor altura, que ponía fin a casi doce meses de alteraciones en el tráfico en la carretera nacional que une el Bierzo con Valdeorras.
También en el oeste de la comarca, los vecinos de Vega de Valcarce asistieron atónitos el pasado mes de noviembre a cómo la carretera se tragaba literalmente dos coches en un enorme socavón abierto la LE-4113 entre las localidades de La Faba y La Cernada, provocando heridas a dos personas. La carretera fue reparada de urgencia días después, aunque la suspicacia de los conductores sigue ahí cada vez que han de pasar por esa zona.
Peranzanes y Páramo del Sil, las últimas carreteras afectadas
Los últimos episodios registrados en las carreteras de la comarca han afectado a dos de sus enclaves más reconocidos, el Valle de Fornela y el Alto Sil. En febrero de 2024, un desprendimiento de rocas cortaba la carretera de acceso a Peranzanes, dejando incomunicado a todo el valle durante horas hasta que la rápida actuación de las máquinas de la Diputación de León permitió reabrir un carril.
A día de hoy todavía continúan los trabajos de instalación de una malla en el talud que se derrumbó para sujetarlo y afianzarlo, evitando así nuevos desprendimientos, y la alcaldesa, Henar García, confía en que en aproximadamente una semana comiencen a retirar los escombros. Tras el susto inicial, García reconoció que “la Diputación se portó genial y lo tramitó todo súper rápido para habilitar un carril desde el primer día”.
Más lejano parece el horizonte para la reapertura de la CL-631 en Páramo del Sil, cortada desde el pasado 14 de mayo por otro derrumbe de rocas sobre la calzada que la alcaldesa, Alicia García, considera que podría haberse evitado: “Las obras de reparación del pavimento en el tramo entre Toreno y Páramo llevan tiempo licitadas, pero no se han ejecutado. Quizás si las hubiesen hecho o si hubiesen atendido a las reclamaciones que venimos haciendo desde el Ayuntamiento, se habrían dado cuenta del estado en que estaba el talud”.
De momento, el vial permanece cortado y para sortear el derrumbe se ha establecido un desvío a través de la LE-711, una situación para la que Alicia García no se atreve a dar fecha de solución, entre otras cosas porque la reparación no depende de su Ayuntamiento, sino de la Junta de Castilla y León: “De momento no hay novedades. El informe técnico no está concluido o, al menos, no me han dado detalles. Ayer (por el lunes) llegó otra máquina y una cargadora, pero no sabemos si han empezado a trabajar. No hay fecha para reabrirla porque hay que evaluarlo todo bien, lo demás sería aventurarse”.
Con este panorama, se antoja una quimera pensar en la largamente prometida autovía entre Ponferrada y La Espina, de la que sólo se construyó el tramo entre Cubillos del Sil y Toreno, la A-76 entre la capital berciana y Ourense o la conexión con Asturias a través de la carretera de Valdeprado, cuya asunción de titularidad sigue saltando de mano en mano como una patata caliente.
Y no os olvidéis del Viaducto de Tremor, se sigue diciendo que pronto se cerrará al tráfico por estar en estado de emergencia.
EL BIERZO OLVIDADO, INCOMUNICADO Y HUNDIDO. HORROR.
Este articulo es mentira ,Mañueco circula todos los días por estos viales que estan perfectos, las proximas obras para la campaña electoral , os apuesto una cena.