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Castilla y León supera los límites de ozono recomendados por la Organización Mundial de la Salud

Un nuevo estudio señala además como área de "importante contaminación" los entornos de las centrales térmicas de Compostilla y de la Robla, en la provincia de León

El ozono troposférico ha afectado a todo el territorio castellano y leonés, registrando en diversas zonas superaciones significativas del valor recomendado por la Organizacion Mundial de la Salud (OMS). Así lo revela un estudio realizado por Ecologistas en Acción, dado a conocer hoy y para el que se ha contado con los datos recopilados en 37 estaciones de control de la contaminación atomosféricas, pertenecientes a la Junta, el Ayuntamiento de Valladolid, la Comunidad de Madrid (San Martín de Valdeiglesias) y de distintas instalaciones industriales.

El ozono es un gas cuya presencia natural se sitúa en la atmósfera a una altitud de entre 20 y 30 km. En esta parte de la troposfera, protege al ser humano de la radiación ultravioleta pero el que se forma junto a la superficie terrestre resulta nocivo para los seres vivos. En la troposfera se forma a partir de los óxidos de nitrógeno procedentes del transporte y por fuentes industriales como las centrales termoeléctricas de carbón principalmente durante las estaciones de primavera y verano.

Afecta principalmente a las zonas rurales y al entorno de las ciudades ya que en los núcleos urbanos se destruye más fácilmente.  En Castilla y León, un tercio de las estaciones que miden este contaminante han registrado niveles superiores a lo recomendado durante 50 días. Los peores datos sobre contaminación por ozono se dieron en la estaciones de San Martín de Valdeiglesias, situada en Madrid, aunque representativa de los valles del Tiétar y Alberche abulenses. Las siguientes estaciones que tuvieron resultados más negativos fueron Segovia y El Maíllo en Salamanca.

No obstante, desde la ONG destacan que ninguna estación ha superado el objetivo legal para la protección de la salud para el trienio 2014-2016, aunque sí se han rebasado las superaciones del objetivo a largo plazo. Por último, la estación de Lario en la Montaña Norte de la región, ha sufrido una superación del umbral de información a la población, en el episodio de alta contaminación de principio del mes de septiembre.

El términos generales, el estudio concluye que Castilla y León cuenta con dos áreas con una importante contaminación: una situada al norte, en el entorno de las centrales térmicas de León y Palencia, caracterizada por las emisiones contaminantes de estas actividades industriales, y otra al sur de las provincias de Ávila, Salamanca, Segovia, Soria, Valladolid y Zamora, en la que la contaminación emitida desde la Comunidad de Madrid, el área industrial de Oporto y la ciudad de Valladolid se extiende en forma de ozono troposférido afectando a lugares muy alejados de los focos de emisión.

Este último es el caso de la formación de ozono troposférico en la Montaña Sur de Castilla y León y en el Valle del Tiétar y Alberche, que aparece vinculada a las emisiones que tienen lugar en Madrid a consecuencia del tráfico y de la actividad industrial. En verano, los vientos transportan la nube de contaminación que se genera en Madrid aumentando los niveles de ozono a medida que se asciende por la Sierra de Guadarrama, siendo máximos en Peñalara. Una vez se atraviesa la Sierra, la masa de aire contaminado por ozono mantiene niveles elevados en el piedemonte segoviano, llegando hasta la provincia de Soria.

Miguel Ángel Ceballos, coordinador del informe, insiste en que la repercusión en las provincias limítrofes a Madrid es “muy importante” al llegar a afectar a zonas que se encuentran en un radio superior a los 100 kilómetros. Como consecuencia, señalan que “toda la población castellano y leonesa respira un aire perjudicial para la salud según las recomendaciones de la OMS.

Planes coordinados

Por este motivo, insiste en la necesidad de poner en marcha “planes de mejora de la calidad del aire coordinados”. Sin embargo, reconoce que la comunidad de Madrid no ha ejecutado hasta ahora las medidas necesarias para reducir el nivel de ozono, de manera que recuerda que en estos casos el Estado “puede imponerlas”.

En lo que se refiere a la parte afectada por la actividad industrial desarrollada en Castilla y León, Ecologistas en Acción denuncia que la Junta no ha desarrollado ningún plan para disminuir el nivel de ozono en la troposfera. Así, mantienen que, al igual que la mayor parte de las Comunidades Autónomas, acumula una de´cada de incumplimiento de la legislación ambiental en esta materia.

La organización asegura que intentó ponerse en contacto con el Consejero de Fomento y Medio Ambiente, Fernando Mañueco, pero que la Junta alegó que “era mucho más adecuado la adopción un plan nacional de ozono” dada la especial naturaleza de este contaminante.

Ceballos reconoce que es un contaminante “difícil” de abordar pero insiste en que al final ninguna administración se está haciendo cargo del asunto y recuerda que por el momento la competencia es de las comunidades autónomas. Por este motivo, han recurrido judicialmente “esta dejadez de funciones”.

Por su parte, Ecologistas En Acción llevó a cabo durante el pasado verano una campaña de sensibilización sobre la contaminación por ozono en las provincias de Ávila y Segovia, con la instalación de una exposición itinerante y la realización de actividades divulgativas sobre el problema en centros de educación secundaria y abiertas a pbúlcio en general de Arenas de San Pedro, Candleda y Segovia.