La economía de Castilla y León creció un 2,7 por ciento en 2023, por la “evolución favorable” del sector industrial, la construcción y los servicios; junto a las exportaciones y las inversiones. Un dato “mucho mayor” a la estimación inicial del Gobierno regional del 1,6 por ciento, destacó el consejero de Economía y Hacienda de la Junta, Carlos Fernández Carriedo.
Carriedo, que presentó la Contabilidad Regional Trimestral, destacó que la Comunidad creció por encima de la media nacional del 2,5 por ciento; y cinco veces más que la media de la UE, que se situó en el 0,5 por ciento. El consejero remarcó que se trata de un crecimiento “neto” más allá de la pandemia, ya que el año pasado ya se había recuperado el nivel de PIB de 2019. Aunque el dato es inferior a de los dos ejercicios anteriores (seis por ciento en 2021 y 3,3 en 2022), condicionados por el desplome en 2020 (-7,2 por ciento).
Carlos Fernández Carriedo explicó que cuando lanzaron sus estimaciones, la Comunidad se enfrentaba a una alta tasa de inflación y una subida continua de los tipos de interés, pero pese a esos factores, Castilla y León cerró el año pasado con el segundo mejor dato de Índice de Producción Industrial de España, y el mejor en exportaciones. Agregó que el consumo de las familias, aunque no creció al mismo ritmo que el conjunto de la economía, tampoco descendió de forma “radical” y la venta de viviendas se mantuvo pese al encarecimiento de los tipos. Factores todos ellos a los que se sumó la llegada de los fondos de la UE, con lo que se superaron con creces sus estimaciones.
Este año, recordó, las previsiones de la Junta apuntan a un avance de la economía del 1,7 por ciento, porque los factores de inflación y altos tipos pueden trasladar su impacto al ejercicio, sobre todo en la construcción y el consumo de las familias, a lo que se unirá la curva descendente de los fondos de la UE y que será complicado crecer de nuevo al ritmo de 2023 en ventas al exterior. No obstante, previó que la agricultura “difícilmente podrá tener una cosecha pero que la de los últimos dos años”.
El consejero portavoz precisó que desde el lado de la oferta, la industria creció el año pasado un 3,8 por ciento, con una subida del 1,5 por ciento de la manufacturera. Los servicios, por su parte, tuvieron un dinamismo del 3,5 por ciento, con un especial avance de las actividades profesionales, científicas y técnicas (10,8 por ciento), información y comunicaciones (nueve por ciento); artísticas y recreativas (76,9 por ciento); y Comercio, trasporte y hostelería (5,3 por ciento). Asimismo, Carriedo puso de relieve que la construcción elevo se producción un tres por ciento.
En el lado contrario, la agricultura y la ganadería siguieron en caída libre, con un desplome del 8,7 por ciento, con lo que ya acumula dos años seguidos en pésimos resultados (-12,7 por ciento en 2022) marcados por la sequía y el encarecimiento de los insumos.
Por lo que se refiere al análisis de la demanda, el consejero de Economía y Hacienda ensalzó el magnífico comportamiento del saldo exterior total, que aportó seis décimas al crecimiento, con un aumento de las exportaciones totales del 2,9 por ciento, frente al 1,7 por ciento de incremento de las importaciones.
Sin embargo, la demanda interna solo creció un 2,1 por ciento, lastrada por el consumo final, que aumentó solo un 1,8 por ciento, con un 1,4 por ciento para las familias, y un 2,7 por ciento para las administraciones públicas. Por el contrario, constató el buen comportamiento de la formación bruta de capital fijo (inversiones), que creció un 3,2 por ciento, con una subida del 3,5 por ciento para los bienes de equipo, y del 2,9 por ciento para la construcción.
Por último, cabe destacar que el empleo medio medido en puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo, creció un 0,3 por ciento en 2023. En concreto, se elevó más en la construcción, un 5,6 por ciento, seguido este sector por el industrial, donde avanzaron un 3,3 por ciento. Por el contrario, mermaron un 4,4 por ciento en el sector primario, y un 0,4 por ciento en los servicios.