El gerente de Funerarias Reunidas del Bierzo, Edelmiro Vega, recientemente reconocido como empresario berciano del año por la FELE, repasa en esta entrevista su carrera profesional y el presente y futuro del sector, al tiempo que reflexiona sobre la situación económica y empresarial de la comarca.
Empresario berciano del año. "Creo que es un reconocimiento no sólo a mi persona, sino al devenir de la empresa durante todos estos años. Esto es una obra que comenzamos tres socios en 1992: Luis Mateo, Antonio García y yo, y en la que hemos estado constantemente intentando hacerlo lo mejor posible en un sector difícil. Creo que lo hemos conseguido y hay que agradecer tanto a mis socios como a todo el equipo que ha formado la empresa durante estos años".
Funerarias Reunidas del Bierzo. "La empresa ahora mismo tiene unas dimensiones óptimas para el Bierzo, incluso estamos hasta sobredimensionados, porque tenemos 26 salas que dan cobertura total a las necesidades de la comarca, dos hornos crematorios y una flota de vehículos totalmente nueva. En cuanto a personal, somos alrededor de 30 personas. Sólo nos quedaría tener una instalación en Cacabelos, donde lo hemos intentado alguna vez pero por circunstancias ajenas a nosotros no ha podido ser".
Gestión de la pandemia. "Supuso un reto para nosotros. Lo peor fue la incertidumbre. Poco a poco fuimos tomando una serie de medidas y procedimientos de actuación, con equipos estancos en cada tanatorio. Vimos que teníamos capacidad de respuesta y en ningún momento llegamos a tener problemas de estructura, dimos respuesta a todo lo que se nos demandó e incluso llegamos a ayudar a funerarias de Navalcarnero y Pozuelo de Alarcón, que sí se vieron desbordados".
Inicios en el oficio. "Lo mío estaba predestinado, porque continué los pasos de mi padre allá por 1983, aunque entonces era todo muy arcaico. Todo eso se fue modernizando y el sector ha cambiado mucho desde que empezamos a tomar conciencia de la formación, que ha sido el paso definitivo para dignificar el sector y atender mejor a las familias. La integración posterior en Funespaña supuso una mejora en el acceso a esa formación y en la transformación digital".
Costumbres funerarias en el Bierzo. "Las incineraciones han ido adquiriendo mayor presencia, pero estamos por debajo de la media de España, que es del 50%, mientras aquí es del 30%. Normalmente cuando se opta por la incineración es o bien por motivo social, de creencia, o puede haber un motivo económico. En las grandes ciudades es más barato incinerar que inhumar, pero ese problema no lo hay en el Bierzo porque casi todas las familias tienen una unidad de enterramiento".
Situación económica de la comarca. "Lo veo con preocupación, sobre todo por el tema demográfico, que en una década hemos pasado de 136.000 habitantes a 120.000. Hay un problema de asentamiento de población. Los sectores que veo con potencial son la agricultura y el turismo, pero evidentemente esas pymes necesitan apoyo y las administraciones tienen que estar ahí. También tengo claro que para mantener el nivel de población necesitamos alguna realidad industrial nueva que aporte masa de trabajadores".