DIARIO DE CAMPAÑA/ Entre Hearst y Kennedys de andar por casa

William Randolph Hearst creó en el siglo XIX la denominada prensa amarilla. Se hizo un magnate del mundo editorial. Su principal virtud: la carencia de escrúpulos y moralidad. El mayor de la saga de los Kennedy, asesinado siendo presidente de Estados Unidos, ha pasado a la historia como el icono del político de gran discurso y equilibrado saber en el día a día de Gobierno casi mundial, ganador de la crisis de los misiles y el fiasco de Bahía de Cochinos aparte.

Los actos se suceden, las visitas de pesos pesados sobre todo en los dos grandes partidos pasan de largo por aquí para dejar constancia de que apoyan a sus candidatos. Algunos venden sus audiencias con cifras cercanas a más de toda la población de la comarca berciana provocando el “descojono” general. Los rojos se vuelven verdes y azules, los azules se tiñen de naranjas y el collage bercianista lo inunda todo. Derechas e izquierdas, de León y del Bierzo, líder con pies de barro…Todo vale en la exageración y la mentira repetida mil veces para cobrar forma de verdad.

Y en medio del fragor de la campaña hay que saber distinguir el grano de la paja, en los programas, en los medios de comunicación y en las propias personas. Tarea ardua y difícil no crean, ahora se gobierna casi al 80 por ciento de cara al corto plazo y el resultado electoral. Sólo los más ingenuos y atrevidos se atreven con los grandes proyectos anclados años en la retórica de la comarca y de todo el noroeste peninsular.

Y en esto surge la contraprogramación, las ruedas de prensa sólo para gráficos y enmudecer a los redactores, los cafés con directores de medios, los paseos ficticios y las tertulias por fuera soliloquios por dentro. Si la noticia de la nueva directora general de la Ciuden eclipsó la jornada electoral, la del día de hoy será sin duda la muerte por presunto suicidio del futbolista Mitogo, de la familia blanquiazul. A lo mejor va a ser verdad que en los programas políticos se deben dedicar más recursos técnicos y humanos, más presupuesto para la salud mental, verdadera epidemia de la sociedad occidental actual.