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El presidente de la Diputación de León, Eduardo Morán, presidió este miércoles la recepción de las obras de mejora de la seguridad vial ejecutadas en dos carreteras de los municipios bercianos de Priaranza del Bierzo y Camponaraya, con una inversión de más de 412.000 euros. En concreto, las obras consistieron en el ensanche de la carretera LE-6205, que enlaza la N-536 con la localidad de Villavieja, y la ejecución de nuevos accesos a la localidad de Magaz de Abajo.
En el primer caso, los trabajos contaron con un presupuesto de 297.000 euros que permitió ampliar la calzada hasta los seis metros de ancho en el tramo entre la carretera nacional y el Castillo de Cornatel. Para ello, los operarios llevaron a cabo movimientos de tierras en cajeos y rellenos para ampliar la plataforma de la vía y dispusieron zahorra artificial en cuñas hasta obtener la rasante del nuevo firme.
Además, las obras también supusieron la mejora del drenaje horizontal mediante la ejecución de un bordillo con rigola de hormigón y la renovación del transversal con tubos de hormigón armado de 60 centímetros de diámetro. La actuación se completó con la colocación de la señalización horizontal adecuada y de diversos tramos de barrera metálica de contención tipo bionda para la mejora de la seguridad vial.
Por otra parte, la obra de Magaz de Abajo contó con un presupuesto de más de 115.000 euros para intervenir en dos tramos de la carretera LE-5208, que conecta la vía que va hacia Villafranca del Bierzo desde Camponaraya con la localidad de Magaz de Abajo para seguir hacia Arganza. El acceso al núcleo de población desde la carretera de titularidad autonómica por la avenida del Bierzo presentaba una rasante muy irregular, firme desgastado, numerosos baches y carecía de señalización horizontal.
Para solucionar esta situación, la institución provincial ejecutó una nueva capa de rodadura de mezcla bituminosa en caliente, puesta al nivel de la rasante de la calzada de las tapas de las arquetas, pozos y rejillas existentes. Además, los operarios pintaron las correspondientes marcas viales del tramo, así como siete nuevos pasos peatonales, dos de ellos elevados para conseguir un efecto reductor o regulador de la velocidad de circulación de vehículos.
La otra actuación en esta misma vía se llevó a cabo en la intersección de la calle Real con la calzada del Camino Real de Carlos III, un punto que soporta un importante tráfico de vehículos. Con el fin de mejorar la seguridad vial en el cruce, Diputación ejecutó una nueva glorieta que obligó a remodelar las infraestructuras de abastecimiento, saneamiento y regadío existentes en la zona. Las obras se completaron con la formación de los entronques que confluyen en la glorieta, mediante el extendido de zahorra para la base del firme y de dos capas de mezcla bituminosa en caliente para el pavimento, así como la señalización horizontal y la señalización vertical de la glorieta y sus ramales conforme a la normativa vigente.