PREMIOS MUJER 2024

El Bergidum recibe a Titzina Teatro con su última propuesta ‘Distancia siete minutos’

La compañía aborda el próximo viernes, en tono "tragicómico", temas fundamentales como la justicia, la felicidad o el destino
Un momento de la puesta en escena de ‘Distancia, siete minutos’

EBD El teatro Bergidum recibe el próximo viernes, 5 de diciembre, a la compañía Titzina Teatro con su última propuesta, ‘Distancia siete minutos’, en la que saca a relucir en tono trágicómico temas fundamentales como la justicia, la felicidad o el destino. Será a partir de las 21.00 horas dentro del programa de abono.

Esta compañía, fundada en el 2001, ya ha pasado en tres ocasiones anteriores por el escenario del teatro ponferradino con las piezas ‘Sueños de un psiquiátrico’, ‘Entrañas’ y ‘Exitus’, que se basan en un riguroso trabajo actoral, un laborioso proceso creativo y una depurada puesta en escena. Con estos cuatro trabajos estrenados Titzina Teatro ha conseguido crear un estilo propio, de calidad e identificable.

Ahora llega la última obra de Pako Merino y Diego Lorca, actores, directores y productores, formados en la Ecole Internacional de Theatre Jacques Lecoq. La anécdota que desencadena la trama de ‘Distancia siete minutos’ parte de la coincidencia cronológica entre el envío y aterrizaje del robot espacial Curiosity, con la circunstancia de que Félix, un joven juez, se ve obligado a abandonar su casa, afectada por una plaga de termitas, e instalarse durante unos días en lo que fue su domicilio familiar.

El entorno de los juicios donde el juez desarrolla su profesión, así como la convivencia con su padre, son los elementos a partir de los cuales se desarrolla una puesta en escena inteligente, creativa y sin fisuras, cargada de contenidos que disparan reflexiones profundas, necesarias e imprescindibles.

La crítica señala que “Titzina desarrolla esa averiguación a través de escenas abocetadas, rápidas, sketchs de una misma historia que se suceden con un ritmo ágil y flexible como cartas manejadas por la mano experta de un prestidigitador” y que “los dos actores, los dos creadores, se mantienen en su consistente presencia escénica que les caracteriza para contar no una, sino varias historias encajadas, que nos arrastran a diferentes ámbitos de comprensión”.

El público que ha visto la función en otras plazas ha dicho cosas como que “estamos ante una obra sutil y delicada” o que lo bueno del trabajo Titzina e que “nunca deja indiferente, siempre aprendes algo”.