Llega el verano, hay que regar y además aumenta mucho la población en los pueblos. A veces la consecuencia son los problemas para buscar agua. Pues de la búsqueda de agua bajo el suelo hablaremos. Bien me gustaría exponer de modo detallado y extenso todo lo que conozco sobre este asunto;pero ello supera con mucho los estrechos márgenes de un artículo (incluso de varios) como este. Además la correcta comprensión de unas ideas básicas sobre Hidrogeología (rama de las Ciencias de la Tierra que se ocupa entre otras de este asunto);requiere unos conocimientos físico-matemáticos que no son sencillos de asimilar.
Lo que si puedo hacer en este y otros artículos si es preciso, es mostrar del modo mas sencillo posible algunos conceptos elementales, muy elementales que espero sirvan al menos para que los lectores puedan reflexionar acerca de que resulta lo más lógico, si la explicación de la Ciencia (la Hidrogeología y ciencias afines se imparte desde hace muchas décadas en universidades repartidas por todo el mundo) o las ancestrales creencias transmitidas por tradición.
EL CICLO HIDROLÓGICO
Las enciclopedias de las escuelas elementales de nuestros pueblos en los años 60 hablaban de modo muy sencillo del “viaje de una gota de agua”.Era una modo de explicar el llamado ciclo hidrológico que le suena a todo el mundo. Decían que el agua de las nubes cae al suelo, se infiltra y sale en los manantiales o va directamente a ríos y arroyos que al final van al mar donde se vuelve a evaporar y sube de nuevo a las nubes cerrando el ciclo. En lineas generales es una idea correcta,si bien cabría añadir o puntualizar ciertos detalles. Por ejemplo que la evaporación no se produce exclusivamente desde el mar; pero como digo la idea general es válida. El agua sigue un ciclo y las aguas del cielo y las del suelo son las mismas. En este sentido cabe señalar que el anónimo autor bíblico se lió un poco al hablar de que Dios separó las aguas de arriba de las de abajo, debería haber puntualizado que las de arriba acaban estando abajo y viceversa,pero sigamos a lo nuestro.
El estudio detallado del ciclo hidrológico muestra que la cantidad de agua caída en un lugar (incluida la nieve) se reparte en tres grandes lotes y de estos sólo uno (escorrentía subterránea) es el que sirve para alimentar los acuíferos o “almacenes” donde se acumula el agua subterránea. En el caso del Bierzo por ejemplo y en el entorno de Bembibre yo estimo que este lote que sirve para alimentar el volumen de agua subterránea es el 15% de la precipitación total. La cuantía media anual de precipitaciones debe ser de uno 780 mm. es decir 780 litros /m2, luego en una extensión de 1 km2 (100 Has.) el volumen de agua que año tras año (promedio) sirve para alimentar fuentes, sondeos,pozos y demás es de 117.000 m3 de agua. En una finca de sólo una hectárea serán obviamente 1.170 m3 y así sucesivamente.
Si se hace una planificación para extraer del subsuelo grandes cantidades de agua es evidente que los datos anteriores son los primeros que hay que tener en cuenta,si queremos “empezar la casa por los cimientos”. Tradicionalmente esto nunca se hacía entre otras razones porque en El Bierzo,como en casi todas partes ello no era preciso. Los consumos para esas diminutas fincas que siempre hubo ( y aún hay) que en algunos casos eran menores de los 100 m2 (huertos),eran insignificantes y a menudo con un pequeño pozo (profundidad menor de 4 m. y diámetro inferior a los 2 m.) era suficiente. Año tras año se utilizaba el pozo en el verano (mediante el uso frecuente de los desaparecidos varales) y siempre por lo general había agua suficiente.
Sin embargo en otras partes de España (litoral levantino) el desarrollo urbanístico de la segunda mitad del siglo XX exigió el consumo de cuantiosos caudales de agua. El algunos casos los viejos del lugar vieron como algunas de las fuentes y manantiales que conocieron en su niñez fueron paulatinamente secándose hasta desaparecer. En otros casos el agua extraída del subsuelo comenzó a tener sabor salado (intrusión de aguas marinas en el continente).
LOS ACUÍFEROS
Hasta aquí hemos visto de modo muy escueto la importancia de conocer el ciclo hidrológico,manejar números concretos y como el agua básicamente lo que hace es ir y venir;pero también es muy importante saber donde se esconde el agua que hay bajo el suelo. Pues se aloja en el único lugar donde puede hacerlo: en la infinidad de huecos y fisuras que hay en prácticamente todos los terrenos.
No todos estos tienen sin embargo la misma capacidad para almacenar el agua. Una capa arenosa (arena de una playa) tiene muchos mas huecos libres que una roca muy compacta y con escasas fisuras (granito). Para complicar aún mas el panorama hay que tener en cuenta que lo importante no es sólo que un terreno tenga capacidad para almacenar agua,es preciso además que la pueda dejar salir (transmitir) con facilidad. Los terrenos arcillosos por ejemplo absorben el agua con facilidad pero la sueltan con dificultad. Un pozo en un terreno muy arcilloso no es la opción mas adecuada. La arcilla sin embargo puede ser muy buena para impermeabilizar una pequeña balsa para el riego de pequeñas huertas.
Un acuífero es pues una parte del subsuelo cuyas características geológicas son tales que le permiten almacenar y en su caso transmitir ciertas cantidades (volúmenes o caudales) de agua. Los acuíferos pueden tener una extensión de varios kilómetros cuadrados y un espesor de muchos metros. En el caso del Bierzo y en concreto del entorno de Bembibre, todas esas zonas muy llanas de los bordes delos ríos así como los fondos de los valles (donde hay prados), es donde mas probabilidades tenemos de hallar acuíferos superficiales (agua a menos de 2 metros de profundidad).Lo mismo ocurre en muchas de las laderas de los montes donde hay terrenos con mucha piedra suelta y poca arcilla (barro). En las laderas de los montes (rocas compactas y plegadas,pero con fisuras) puntualmente puede haber también acuíferos;pero ya son de otro tipo.
La idea esencial que quiero transmitir al citar los acuíferos es que el agua en el subsuelo se halla ocupando diminutos huecos en extensiones muy grandes e incluso cabe decir que en volúmenes considerables (superficie por espesor). No es cierto sin embargo que se halle (como en la superficie) discurriendo por canales o “tuberías” subterráneas como a menudo se piensa. Los únicos lugares donde si hay algo similar a tuberías o canales subterráneos es donde hay minas abandonadas (galerías) o grutas naturales (ciertos terrenos calcáreos). De lo dicho se deduce que a menudo haciendo un pozo o sondeo “al tuntun”, se consigue agua. La probabilidad de acertar con un pozo es mas alta de lo que en principio parece. Los labradores de mi pueblo (y otros) para hacer un pozo seguían un razonamiento muy simple:si en la finca del vecino el pozo da agua ¿porqué en la mía no?.A menudo (no siempre claro) acertaban porque los acuíferos son muy extensos y las huertas muy pequeñas.
En una palabra que el terreno se comporta como una esponja que año tras año se va cargando con agua en época de lluvias y que se va descargando en el estío. Claro que no es una esponja como las que compramos en las tiendas. El subsuelo no es uniforme y la porosidad del mismo es muy diversa. Además los límites de los acuíferos buenos, son irregulares y a menudo difíciles de conocer. Hay por otra parte zonas del subsuelo que son muy poco aptas para almacenar agua o para soltarla o ambas cosas a la vez. En este caso no se les denomina acuíferos, si no acuífugos, acuitardos o acuicludos.
Otra cuestión que es preciso tener en cuenta es que el agua subterránea además de estar diseminada por grandes volúmenes de terreno,también está generalmente casi detenida o estancada;muy al contrario de lo que ocurre con ríos o arroyos dela superficie. La realización de un pozo,sondeo,galería o algo similar (hueco creado en el interior del terreno),lo que hace es provocar el movimiento del agua hacia el hueco formado. La corriente de agua que se observa en estos casos es consecuencia y por tanto posterior a la realización de la labor aludida. Hay mucho mas que contar, pero bueno por hoy basta.
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Madrid, 22 de mayo de 2015
Rogelio Meléndez Tercero