Ponferrada se tiñó de morado un año más al paso de la marcha feminista del 8 de marzo. Miles de personas acudieron al llamamiento de la Plataforma contra las violencias machistas del Bierzo y Laciana y a las 12 horas del domingo la emblemática plaza de Julio Lazúrtegui se llenaba de banderas y pancartas.
Las reivindicaciones “históricas” del colectivo feminista, según la portavoz de la Plataforma, Isabel Báilez, es algo en lo que se ha avanzado. “Somos una sociedad muy diferente a hace 50 o 100 años. Se ha abierto camino pero ahora hay que andar por el”. Para ello se pidió “la unión de movimiento, de la sociedad, hombres y mujeres decididos a cambiar a transformar la sociedad de manera estructural a lo que aspiramos: una sociedad mucho mas justa con las mismas oportunidades”. Antes d ella manifestación, recordaron que durante un mes se han realizado muchas actuaciones y afirmaron la importancia y la necesidad de marchas como esta: “el hecho de hacernos más visibles en la calle es muy importante; hace pocos años decir que eras feminista era estigmatizarte de por vida. Eso ha cambiado y ese cambio de mentalidad es bueno. Hay cuestiones de fondo que no se cambian saliendo a la calle pero la visibilidad es muy importante.”
La manifestación iba encabezada por una batucada. Una vez todos los que acudieron, entre los que hubo una nutrida representación de la clase política, llegaron a la Plaza del Ayuntamiento, se leyeron una serie de discursos que presentaron las exigencias habituales del feminismo.
“Nuestra sociedad se ha ido transformando desde todos los ámbitos, social, educativo, cultural, económico, de las relaciones… a lo largo del tiempo. Hemos ido tejiendo redes que han impulsado los avances que a través del pensamiento y movimiento feminista han tenido lugar en nuestro país. Hemos ido creciendo en derechos y libertades”, dijeron las oradoras. “Pero es necesario seguir en el camino, avanzando hasta conseguir la transformación estructural de un sistema que nos enfrenta, nos desprecia, nos victimiza, nos invisibiliza y nos mata”, a continuación añadieron.
Se trató de una jornada reivindicativa en la que se hizo un llamamiento a los poderes públicos para que se considere las violencias machistas una cuestión de estado. Estas violencias, según las convocantes, están normalizadas en la sociedad y tienen lugar en todos los espacios tanto privados como públicos.
El manifiesto incluyó un posicionamiento abolicionista de la prostitución para que por el hecho de nacer mujer nadie esté condenada a ser “la mercancía de proxenetas y puteros”.
“Somos dueñas de nuestro cuerpo y queremos movernos en libertad por todos los espacios, públicos y privados, y a todas horas”, afirmaron causando el aplauso de las personas presentes.
Se remarcó las situaciones de extrema vulnerabilidad de las mujeres inmigrantes o con diversidad funcional o problemas de salud mental y lanzaron una exigencia de alternativas para las trabajadores inmigrantes en situación irregular. También se pidió que se mejorasen las pensiones.
Uno de los temas que más han empujado las convocantes de la marcha ha sido el de los cuidados. “El trabajo de cuidados debe ser reconocido como un bien social de primer orden”, afirmaron en el discurso. Estos trabajos recaen mayoritariamente en mujeres, lo que para el movimiento feminista es algo que debe cambiar. Estas dobles o triples jornadas serían las causantes de una pérdida de competitividad respecto a competidores varones a la hora de llevar una carrera laboral.
El alcalde se define feminista
El alcalde de Ponferrada, Olegario Ramón, afirmó que no solo él sino “el equipo de Gobierno en su conjunto nos definimos como abiertamente feministas”. “Ejemplo de ello es el primer plan de igualdad que se va a hacer en el ayuntamiento”, aseguró; y mentó también “esa universidad feminista con multitud de actuaciones que van a ser un ejemplo a nivel nacional de políticas feministas”.
Según el político socialista, la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres es una meta hacia la que se ha avanzado pero que no se ha alcanzado todavía. “Es algo en lo que se ha mejorado pero en lo que todavía hay mucho por hacer”, dijo Olegario Ramón, quien señaló que se ven demasiado a menudo “actos con mucha testosterona y pocas mujeres todavía”.
Fotos de Manolo Santamaría