El final de un modelo de comunicación

El viejo orden de los medios tradicionales se extingue. El periodismo tal y como se entendía hasta principios del nuevo siglo vive sus últimos años en un combate contra las cuerdas. Se dice, además, que el cambio más radical está por llegar. No faltan elementos para ver la evidencia. La prensa de comunicación de masas en formato papel se agota y con ella sus princiios económicos y organizativos. El modelo no da para más.

“El papel ha muerto. Solo que algunos todavía no se han enterado”. Nos decía el periodista ponferradino, Alfonso Rojo, en su casa de Molinaseca el año pasado. Los hábitos de los lectores han cambiado. Internet se postula como plataforma única para el ejercicio del periodismo y, en esas, los medios tradicionales no dan paso en firme, retraídos por la inmadurez de la publicidad on line, la necesidad de rediseñar su modelo de negocio, formar en los avances tecnológicos a sus plantillas, incluso desconfiando en el riesgo que supone entregarse a una forma de comunicación en constante cambio. Los dueños de los periódicos saben que su tiempo se acaba, al menos en su formato actual, pero nadie sabe a ciencia cierta qué quedará del periodismo de papel. Los más puristas demonizan a los digitales por su entrega a lo inmediato, dejando a un lado la profundidad y la investigación. Pero, en el fondo, los mismos que realizan esa crítica saben que en cuanto las redacciones de los digitales cobren peso su suerte terminó.

Jamás hubo tanta información, tanto en su cantidad como en sus vías de acceso y producción. Es cierto que establecer un filtro se hace ejercicio necesario para el ávido lector. Pero lejos de los agoreros, el papel será un lujo reservado para el periodismo especializado o para determinadas publicaciones temporales. La facturación, pasadas las vacas gordas en los medios tradicionales, sólo crece en la red. No hay peregrino de la información que no sueñe con su Dorado, su web, su blog y dar el nuevo pelotazo en la burbuja digital. Porque también algo de burbuja hay en todo ello y solo el tiempo separará el grano de la paja, el kamikaze que juega a patrón on line del periodista tradicional a través del nuevo canal digital, el aficionado del profesional, el chiringuito pseudocasero a la empresa legalizada y cumplidora de las más esenciales normas. A nivel nacional, dos grandes formaciones inician contactos por separado en aras a convertirse en la Asociación de Editores Digitales mayoritaria. Todo ello se encuentra en período de gestación y tardarán unos pocos años más en fructificar. En León y Ponferrada, las dos ciudades con más webs de España por habitante, tan sólo cuatro pueden denominarse periódicos profesionales on line. El mercado se mueve, Leonoticias busca quien pague las nóminas de su futura corresponsalía en El Bierzo, BierzoDeportes, nacida como complemento a la tarea informativa de otros profesionales de mayores medios busca su sitio ampliando y mejorando su oferta en breve. Las radios se vuelcan en dar su versión on line, incluso con periódicos y televisiones en paralelo, apertura de perfiles sociales y demás elementos de la nueva comunicación.

Y mientras, los empresarios que adquirieron medios tradicionales como complemento a sus negocios, generalmente ligados al boom inmobiliario, la obra pública y la especulación, fuerzan ayudas y subvenciones para atajar el hundimiento del modelo. ¿Realmente nuestras administraciones deben apoyar estas empresas o debería ser a las que crean empleo nuevo, se arriesgan e innovan? Todo se vuelve relativo. Información y opinión, negocio o afición, buscadores o intermediarios tipo Google, redes sociales o canales interesados en hacer cash. ¿Y la medición de audiencias? Mientras que para los medios pobres on line Alexa y su parcial medida de un amplio espectro es la solución, los más serios pagan a empresas auditoras con métodos cada vez más sofisticados. ¿A quién creer? Ante la duda, el pirata saca suculenta partida. Pero todos aceptan cambiar o morir. La explotación rentable de la Red es un objetivo prioritario para el empresario editor del nuevo siglo. El desafio consiste en trasladar las estructuras del periodismo de calidad y libre al nuevo escenario, tal y como intentamos en los proyectos en los que participa Noroeste En Red. ¿Y la seguridad jurídica en internet? ¿Todos cumplen la ley? Hay quien se escuda en el desconocimiento de las normas, pero es dogma que el cumplimiento es obligado se sepan o no las leyes. Y si se desconocen las mínimas leyes del derecho informativo y del mercantil, ¿qué diantres hace nadie jugando a empresario de la comunicación on line?