Hoy, 10 de junio, se celebra el Día Nacional de la Miopía, una afección frecuente de la visión en la que los objetos cercanos se ven claros y los objetos lejanos se ven borrosos. Se produce cuando el ojo crece en exceso, o porque algunas de las estructuras oculares incrementan su poder refractivo y hace que los rayos de luz se enfoquen en la retina de forma incorrecta.
Las tasas en España están alcanzando unos límites preocupantes, ya que 6 de cada 10 jóvenes universitarios (de entre 17 y 27 años) son miopes. Además, esta tasa es mayor entre las mujeres (65,4%) que entre los hombres (54,7%). A ello, debemos añadir que para 2050, se estima que casi la mitad de la población mundial tendrá miopía.
En numerosos casos, la miopía no es solo un problema de refracción y puede acabar afectando a nuestra visión, la salud visual va mucho más allá.
Por ello precisamente, desde el Instituto Oftalmológico Recoletas Salud se recomienda a la población revisar periódicamente su visión, especialmente a partir de los 35 años. Las revisiones implican también profundizar en el estado de la retina, medir la tensión ocular o revisar el estado de la córnea para asegurarnos de que nuestros ojos están sanos.
Conocer si nuestra graduación ha cambiado o no nos ayudará a seguir viendo bien, pero comprobar la salud del globo ocular nos permitirá disfrutar de nuestra visión más tranquilos.
La importancia de los exámenes oculares en la infancia
Es común que los niños pequeños con miopía no se quejen de su visión borrosa, de modo que son importantes los exámenes oculares y las pruebas de la visión en dichos niños. La miopía típicamente se desarrolla con más frecuencia en la adolescencia. Algunos de los signos y síntomas de la miopía incluyen fatiga ocular, dolor de cabeza, entrecerrar los ojos para ver mejor o dificultad para ver los objetos a distancia. Muchas veces en los niños esto se traduce en un descenso en el rendimiento escolar.
Control de la miopía
Hoy en día existen métodos para el control de la miopía en la infancia, con los que se busca que la progresión de la miopía sea lo menor posible. Existen métodos farmacológicos y a través de gafas o lentes de contacto que pueden ralentizar la evolución de la enfermedad. La supervisión oftalmológica en estos casos es esencial para controlar las posibles complicaciones.
Riesgos y consecuencias
Las personas con miopía tienen un riesgo más alto de desprendimiento de retina. Es un problema ocular grave que puede causar ceguera. Por ello, es importante que las personas con miopía visiten regularmente a un oftalmólogo para examinarse la retina. En ocasiones un tratamiento a tiempo puede evitar complicaciones mayores.
Las personas con miopía también tienen un riesgo más alto de desarrollar glaucoma, cataratas u otras enfermedades oculares.