Vecinos del valle del Burbia, enclavado en los Ancares leoneses, llevan semanas manifestando su malestar por la demora en la construcción del nuevo puente sobre el arroyo de ‘El Regato’ en la carretera LE-4210 que une Vega de Espinareda, cabeza de municipio, con la localidad de Burbia. Diputación de León aprobó el pasado mes de octubre la actuación que contempla la mejora de los accesos y el trazado de esta carretera al puente que, siempre ha sido un punto limitante para el tráfico de los vehículos pesados, por un presupuestos de 225.595 euros y con un plazo de ejecución de medio año. Tiempo que ya se ha cumplido al menos en un tercio y la situación es aún peor que antes del comienzo de las obras, según se quejan los lugareños.
“Tienen bastante razón (los vecinos) porque parece la obra del Escorial. Diputación trabaja lo más rápido que puede pero la empresa parece que está dando alguna dificultad. Al parecer hay que reforzar la estructura metálica del puente”, explica a este medio el alcalde, Santiago Rodríguez. En estos momentos, el puente viejo está derruido y se ha habilitado un paso de tierra provisional sobre el paso de agua, algo que los vecinos temen que venza si aumenta el caudal del reguero.
“El proyecto estaba previsto que se iniciara en marzo o abril y se ha ido dilatando hasta que nos encontramos en esta situación. Queríamos tenerlo antes del verano y no lo vamos a tener terminado para cuando llegue el invierno”, augura el regidor. Esto ha hecho flaquear la paciencia de los vecinos que en fechas tan turísticas como el pasado puente de noviembre comenzaron a trasladar de la conversación de bar a las redes sociales su malestar, incluso han pintado con sus quejas las señales de la obra, tal y como se puede apreciar en las imágenes.
Por su parte, la administración provincial asegura que esta misma semana mantendrá una reunión con la empresa adjudicataria para recalcular “el hierro que necesita el puente” y que éste pueda volver al trabajo que lleva semanas en suspenso.