Ruth Diego García, Doctora Ingeniera Industrial, inició su carrera profesional trabajando en varias empresas de Ingeniería y Vonstrucción de León y Madrid, y en 2005 se incorporó al CIEMAT para dar apoyo técnico a la creación de la Plataforma para el Desarrollo Experimental de los Procesos de Oxicombustión y Captura de CO2, en el Bierzo. En 2007 pasa a formar parte del equipo de la Fundación Ciudad de la Energía (Ciuden), que retoma y amplia los objetivos tecnológicos iniciales de CIEMAT en la comarca. Desde entonces, ha estado ligada a las actividades del Centro de Desarrollo de Tecnologías que Ciuden tiene Cubillos del Sil, inicialmente en sus fases de diseño, construcción y puesta en marcha y, posteriormente, en la gestión y coordinación de los proyectos de investigación, tanto nacionales como europeos, que en él se han llevado a cabo sobre los sistemas de captura, utilización y transporte de emisiones industriales de CO2. Actualmente, continúa trabajando en departamento de I+d+i de la Fundación colaborando en la definición de los nuevos sistemas de hidrógeno verde, biocombustibles y almacenamiento de energía renovable que se van a instalar en el Centro en el horizonte 2026, así como en los proyectos de investigación relacionados con estas nuevas líneas de trabajo de la Fundación.
Comenzó a trabajar en CIUDEN en 2007 con proyectos de captura de CO2, ¿cómo han evolucionado los proyectos de la Fundación desde entonces?
Los proyectos de investigación y desarrollo tecnológico (I+D) de la Fundación siempre han girado en torno a tecnologías que buscan que las industrias tengan un menor imacto medioambiental. Nuestro origen se fundamentó en promover el desarrollo tecnológico de las tecnologías de Captura y Almacenamiento de CO2 (CAC) como vía para mitigar la contaminación de las industrias consumidoras de los combustibles fósiles, principalmente, carbón y gas natural, como son las centrales térmicas, por ejemplo. Actualmente, en Ciuden hemos evolucionado a tecnologías que buscan facilitar la integración efectiva de las energías renovables en entornos industriales y, concretamente, nos hemos centrado en la producción de hidrógeno verde y en el almacenamiento energético con distintos tipos de baterías electroquímicas.
Un valor diferenciador de nuestros Centros de Desarrollo de Tecnologías siempre ha sido el poder probar los sistemas en un entorno industrial a unos tamaños muy representativos de la realidad, cercanos a lo que necesitan las industrias y empresas usuarias de estas tecnologías, por ejemplo las compañías energéticas. Todas las tecnologías, incluidas las del sector de energías renovables, deberán ser eficientes, sí, pero también digitalizarse de una forma segura y para ello antes hay que probar nuevas estrategias de control y de gestión, nuevos protocolos y requerimientos de diseño acordes con los estándares de ciberseguridad industrial, y esta es otra de las líneas de trabajo de la Fundación.
¿Se sigue trabajando en proyectos relacionados con la captura de CO2?
Sí, por ejemplo, actualmente estamos participando en un proyecto europeo de investigación llamado BioNETzero, con socios de otros cuatro países (Noruega, Francia, Dinamarca y Polonia) y el Centro Superior de Investigaciones (CSIC) de Asturias, que nos servirá para estudiar de nuevo estas tecnologías captura y almacenamiento de CO2 aplicadas ahora al uso de residuos de biomasa en centrales que producen calor y electricidad (Combined Heat and Power, CHP). Estas centrales CHP basadas en biocombustibles se convertirían así en centrales con emisiones negativas (NET zero emissions) que significa que no sólo no emiten sino que consiguen reducir en una cierta cantidad el CO2 global presente en la atmósfera.
Pero también hay otro tipo de industrias, como las cementeras, que no pueden evitar seguir emitiendo CO2 debido a cómo son intrínsecamente sus procesos. Estas industrias son las que denominamos de muy difícil descarbonización (o hard-to-abate industries) y que necesitarán utilizar equipos que capturen ese CO2 si no quieren contaminar.
Tanto para el primer caso como el segundo, si ese CO2 capturado se combina con un hidrógeno de origen renovable en unos reactores especiales, podemos producir nuevos combustibles más sostenibles que llamamos electro-combustibles o e-fuels, como son el e-metano y e-metanol. De esta forma conseguimos un doble objetivo: neutralizar temporalmente las emisiones de la industria que instale los sistemas de captura de CO2 y obtener un nuevo producto, el e-fuel, que tiene un valor económico y que podrá servir para sustituir progresivamente a los combustibles fósiles tradicionales utilizados en la industria.
Los proyectos de Ciuden parecen haber virado hacia el hidrógeno verde y los biocombustibles, ¿qué ventajas aportan respecto a otras fuentes de energía renovables?
La mayor ventaja es que pueden ofrecer una mayor capacidad para gestionar la energía producida. ¿Qué quiere decir esto?, pues que permiten adaptar el perfil de producción intermitente y variable propio de plantas de energías renovables más extendidas, solar y eólica, con la demanda real en cada momento. Por ejemplo, el hidrógeno tiene esa capacidad al ser un compuesto con energía química que se puede almacenar en depósitos o, incluso, convertirlo en otro compuesto químico también almacenable, como el metano (compuesto principal del gas natural), el metanol o el amoníaco. De esta forma puedes consumirlos en otro momento, cuando más te convenga, bien reconvirtiéndolos de nuevo en electricidad, o bien introduciéndolos en la red de gas natural o en la futura red de hidroductos.
Si queremos que nuestra sociedad haga un uso masivo de las energías renovables necesitamos desarrollar e instalar muchos más sistemas de almacenamiento de energía y que, además, éstos sean de distintas tipologías. El uso de energías renovables es una de las vías para avanzar en la lucha contra el cambio climático, cierto, pero su uso debe ser efectivo: no sólo consiste en instalar “muchas placas fotovoltaicas”, pues éstas estarán produciendo la electricidad a la vez y en las horas centrales del día, pero nada por la tarde-noche cuando se suele alcanzar el pico de demanda (entre la hora en que llegamos a casa y la cena, 20:00-22:00 horas). Por eso la clave es poder utilizar la energía renovable cuando se necesite y como se necesite. Eso te lo permite principalmente el almacenamiento de energía, en la forma que sea: baterías electroquímicas, hidrógeno verde, e-metano, etc. La integración real y segura de las energías renovables en nuestras redes eléctricas y de gas necesariamente debe ir asociado al despliegue del almacenamiento energético a gran escala.
¿En qué líneas de investigación está trabajando actualmente?
Fundamentalmente en la que se centra en mejorar los equipos de producción de hidrógeno verde a partir de la electrólisis del agua, llamados electrolizadores. En Ciuden hemos apostado por estudiar dos tipos de tecnologías diferentes y vamos a instalar en nuestro Centro de Desarrollo de Tecnologías de Cubillos del Sil un electrolizador de cada tipo; una tecnología está más avanzada (PEM) y la otra es algo menos madura (SOEC) pero que tiene interés para las industrias que puedan disponer de un calor residual sobrante en sus procesos que lo harían más eficiente. Además, la tecnología SOEC tiene la capacidad de producir no sólo hidrógeno sino e-fuels si se les introduce algo de CO2.
También, debido a mi trayectoria profesional en la Fundación, participo en los proyectos “renovados” de captura de CO2, como el proyecto europeo BioNETzero que mencionaba anteriormente.
¿A lo largo de su carrera ha encontrado techos de cristal o desigualdades por ser mujer?
No, al menos que yo haya sido consciente eso no ha ocurrido.
Ciuden ha apostado por tener a mujeres en cargos de relevancia, empezando por su directora general, Yasodhara López. ¿Esto se aplica también en el resto del organigrama? ¿Considera que las mujeres tienen protagonismo en la Fundación en todos los niveles?
En mi opinión, a cada puesto debe acceder el mejor perfil profesional posible. Cada vez más las mujeres estamos alcanzando puestos directivos y de toma de decisión, aunque todavía queda mucho camino que recorrer puesto que, entre otras cosas, se necesita mostrar más referentes para las nuevas generaciones. En la Fundación encontramos mujeres en todos los departamentos de todas las áreas y el balance general entre mujeres y hombres se distribuye prácticamente al 50%.
Para finalizar, ¿ha podido leer los reportajes de los Premios Mujer 2024? ¿Qué destacaría de esta iniciativa?
Sí, he visto que hay una buena selección de mujeres con perfiles e historias muy diferentes, todas ellas con puntos en común como el coraje, la valentía y la capacidad de superación, que son valores muy representativos de nuestra comarca.
Pienso que estas iniciativas son muy positivas al dar visibilidad y poner en valor el papel de la mujer con ejemplos cercanos y muy valiosos, que nos pueden servir de referentes en nuestro día a día. Además, el hecho de que hayan sido propuestas por los propios municipios hace que el proceso sea participativo y cercano a la realidad de nuestro entorno.