A dos días para el final de Liga para la Ponferradina, que se mide el sábado a las 18.15 horas al Amorebieta en Lezama, Erik Morán confesó que, a pesar de que ninguno de los dos equipos se juegan nada clasificatoriamente, “es un partido de Liga y siempre que juegas, quieres ganar”.
El centrocampista vasco señaló que “hay ganas de acabar un año muy bonito, aunque no ha sido tanto como esperábamos. Da un poco de pena porque se acaba la temporada, pero la Segunda se hace muy larga y tienes ganas de desconectar, estar con la familia y los amigos y cargar las pilas para volver con ganas. Ojalá que en julio sigan los máximos compañeros posibles”.
En ese sentido, Erik Morán aseguró que “Bolo no nos ha dicho nada” sobre su futuro, “hemos hecho una semana de entrenamiento normal, como si no fuera la última, esperando que llegue el sábado para jugar. Lo que tenga que pasar, pasará”. El jugador blanquiazul quitó hierro al posible cambio en el banquillo de El Toralín, recordando que “aunque no se cambie de entrenador, los propios técnicos cambian cosas de un año a otro. Si Bolo sigue, haremos cosas diferentes el año que viene, al final es algo parecido. Tienes que adaptarte, pero es ley del fútbol”.
Por último, preguntado por las posibles carencias de la plantilla que han impedido alcanzar el playoff, Morán descartó que se debiera a la falta de jugadores: “Hemos tenido 25 jugadores todo el año y el míster es el que manda y el que decide quién juega. Hay buena plantilla”. Además, sobre la próxima temporada, advirtió de que “no va a ser igual que esta. Empezamos otra vez de cero y ojalá que que salga igual o mejor, pero también va a costar”.