Tan claro y tan evidente. José Fernández Nieto. Ese es el nombre que debería llevar el campo de fútbol de nuestros desvelos. El estadio del primer equipo del Bierzo, con el que sufrimos y gozamos y que hace grande el nombre de esta tierra, allá por donde va. Mis mayores me enseñaron que los reconocimientos deben de ser en vida, que a título póstumo el que lo merece, ya no lo recibe, al menos de la misma manera. La hipótesis de cambiar el nombre del “Toralín” por “Provincia de El (sin contracción) Bierzo”, es una desafortunada idea del PRB, que la va a proponer en forma de moción al Ayuntamiento de Ponferrada, defendiendo la importancia de ese capítulo de nuestra historia. Muy lejos de mi pretensión está quitarle cualquier ápice de protagonismo a la historia, pero sí apelar al sentimiento de justicia y reconocimiento a la figura del actual presidente, José Fernandez Nieto, que ha sobrepasado ya al más longevo del Club que fue Fernando Miranda, y que tanto bueno hizo por nuestro primer equipo. Mis mayores me enseñaron a ser agradecidos, como prueba de bien nacidos, y también a defender que los reconocimientos deben de realizarse en vida de quien los merece, pues a título póstumo, no se reciben… al menos… de la misma manera.
El 25 de Enero del año 2000 la S.D. Ponferradina, entraba en un nuevo milenio, y con él comenzaba después de la dimisión de Delfrido Pérez, el mandato como presidente de José Fernández Nieto. Se ponía fin a las tardes de fútbol y de mucha aglomeración en el vetusto Campo de Fuentesnuevas, al que siempre hay que agradecer la acogida a la Ponferradina.
Ocho meses después, el 5 de septiembre, se inauguraba el nuevo “Estadio del Toralín”, con una inversión de poco más de 500 millones de pesetas, de los que Caja España aportó 100. El resto salieron de las arcas del Ayuntamiento de Ponferrada, bajo la presidencia de Ismael Alvarez, que puso empeño en conseguirlo y lograrlo. Quería un campo acorde a los nuevos tiempos.
La puesta de largo se celebró con un partido entre la Ponferradina y el Celta de Vigo, de la Primera División, -que ganó, aunque sólo nos metió dos goles-, los primeros que se encajaban en el campo nuevo. El estadio nacía con una capacidad para 6.123 espectadores sentados, el terreno de juego tenía unas dimensiones de 105 metros de largo por 70 de ancho y quedó preparado para su posible ampliación. Ampliación que llegaría hasta en dos ocasiones; la última en el año 2011, cuando vino el Real Madrid a alegrarnos la vida en aquella tarde gloriosa, quedando el aforo preparado para casi a 9.000 espectadores.
El nuevo feudo blanquiazul se convertía así en una de las enseñas más destacas del Bierzo, solo comparable al botillo. Y todo lo que relato, se consiguió en ese mandato, el de José Fernández Nieto. Son muchas las personas que trabajaron antes y muchas las que siguen luchando por ello,… porque los buenos trabajos, los que dan resultado son los que se hacen en equipo, y en todo buen equipo siempre hay un buen comandante. Sería imposible llenar el estadio con todos los nombres propios, que han trabajado lo indecible por el bien der la Ponferradina. No sería mala idea nominar los sillones del Palco, con el nombre de cada uno de ellos, como se hace con los académicos en la RAE. Lo que sí es de justicia es que todos ellos se vean reflejados en el actual presidente, que logró hacer coronar a la Liga de Fútbol Profesional a la Deportiva hasta en 3 ocasiones, que rescató de la ruina los Campos del Compostilla, -hoy Vicente del Bosque-, que reflotó el club en varias ocasiones y que supo quedarse en la calle, aquella ocasión en que se negó a los aficionados a entrar en Valdevebas, en el partido Castilla-Ponferradina. Son algunos de los méritos, seguro que usted añadiría alguno más… si hay que cambiar el nombre, no se me ocurre otro más oportuno y… ¡a por el cuarto ascenso, adelante y arriba!