Representantes del Ayuntamiento de Fabero se han reunido esta mañana con responsables de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil (CHMS) para buscar soluciones a la falta de agua potable en el pueblo, después de que el último gran incendio registrado en el Bierzo, y originado en este municipio, haya dejado inutilizados los filtros y los depósitos. El Ayuntamiento pide a CHMS una nueva captación, según explica la alcaldesa, Paz Martínez.
El fuego no solo arrasó 2.665 hectáreas de terreno en Fabero, Páramo del Sil y Peranzanes, sino que también ha provocado que la zona de captación del arroyo de Fresnedelo se haya convertido en un depósito de cenizas y restos de vegetación quemada, provocando que las escorrentías, que prácticamente había desaparecido, hayan vuelto a hacer acto de presencia tras las lluvias de estos días. Así, el agua vuelve a salir negra, a pesar de las medidas adoptadas por el Ayuntamiento tras el incendio: surcos para los arrastres, protecciones etc.
Es por ello, que además de recomendar que no se utilice el agua del grifo, el Ayuntamiento ha tenido que recurrir a los camiones cisterna para suministrar agua potable a sus 5.000 vecinos, en concreto a una cuba cisterna que toma agua en Vega de Espinareda y Fontoria para, posteriormente, recorrer Fabero y ofrecer el agua a los vecinos, ya no solo para beber, sino para realizar las labores básicas en los hogares y establecimientos.