Folgueral, candidato socialista

El limbo en el que vive desde la moción de censura con los independientes de Ismael Álvarez en Ponferrada, Samuel Folgueral ya tiene fecha de caducidad. Las primarias del PSCyL, que serán el antepenúltimo trámite para salir de un estado denominado no adscrito. El que fue candidato del PSOE en Ponferrada y obtuvo los peores resultados del socialismo en sus casi cuatro décadas de historia actual, volverá a serlo con toda seguridad. Tudanca aventaja tres a uno a Villarrubia en encuestas previas. De hecho, ya se vislumbraba en la presentación de avales donde el aspirante duplicaba al defenestrado anterior secretario regional. Por más que uno haya dicho hasta la saciedad que el ponferradino no volvería al PSOE porque existían razones que traspasaban las fronteras de Castilla y León, no sólo más allá de ir contra el mandato de la Federal por su polémico pacto con Álvarez, Tudanca ha replicado una y otra vez que “será lo que los afiliados de Ponferrada quieran”.

En Ponferrada, el PSOE local ha sufrido la enésima renovación, con veteranos militantes como Rita Prada, Antonio Vega y compañía. Los chascarrillos sobre estas “juventudes socialistas”, aclaremos que pasan de los 60 años y han tenido múltiples cargos desde la década de los 80 y 90, son habituales en tertulias políticas. Sin embargo, lo cierto es que controlan el aparato socialista local, y ellos, en especial el exdiputado Vega, son los consejeros de Folgueral en la moción de censura y los que mueven montañas para el regreso del alcalde.

Una vez Tudanca, salvo sonoras sorpresas, sea secretario regional, en pocas semanas se preparará la escenificación de la vuelta a casa del hijo pródigo y compañía. Por si acaso, también es cierto que han existido pequeñas conversaciones informales con otros partidos de la izquierda, pero nada serio. Los que están que echan las muelas son los críticos socialistas porque, además, ahora al ponferradino le avala un Mundial de Ciclismo que, aunque no resultara espectacular, lo cierto es que llevarlo a cabo ya supuso un esfuerzo titánico.