La Guardia Civil halló este viernes restos de sangre en el barco de Tomás Gimeno, desaparecido junto a sus dos hijas de uno y seis años desde la noche del martes. La embarcación permanece atracada en el Puerto Deportivo de Marina Tenerife desde que fue encontrada vacía y a la deriva frente al Puertito de Güímar.
Se desconoce si los restos de sangre son del padre, de alguna de las niñas o de otra persona. Este hallazgo se suma a la aparición de una silla infantil flotando en el mar y que la Guardia Civil ya confirmó que pertenece a la familia de las niñas desaparecidas.
Durante este viernes se está buscando por tierra, mar y aire a las niñas, especialmente entre la Punta de Anaga hasta Güímar, así como al sureste de la isla. Agentes de la Guardia Civil también han registrado la vivienda de Tomás Gimeno, en busca de posibles pistas relacionadas con la desaparición. A todos estos trabajos se incorporaron agentes de la unidad central operativa (UCO) de la Guardia Civil, especializada en los casos más complicados, ya que intervino en las desapariciones de Diana Quer, Asunta Basterra o Gabriel Cruz.
Sobre el padre de las menores, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Güímar incoó diligencias previas por la presunta comisión de un delito de secuestro, una investigación que está bajo secreto de sumario. Desde el juzgado se envió un requerimiento a varios bancos para que comprueben si Tomás Antonio G.C. pudo realizar algún movimiento antes de que se les perdiera el rastro.
La madre de las niñas denunció ante la Guardia Civil que su expareja la llamó para decirle que no iba a verlas más, ni a él tampoco. El hombre se llevó a las niñas a las 17 horas del pasado martes y tendría que haberlas devuelto ese mismo día a las 21. Posteriormente, según las mismas fuentes, la mujer, Beatriz Z., recibió la llamada de su expareja, y puso la denuncia por la desaparición. El caso se ha catalogado, desde que se tuvo conocimiento, como una desaparición de alto riesgo.