Imagen de la central térmica de Compostilla. / C. Sánchez
La normativa francesa obliga al cierre de sus centrales nucleares como parte de las revisiones obligatorias en materia de seguridad y energía durante un periodo de tiempo que podría servir a las centrales térmicas españolas como tabla de salvación. La energía térmica en red en España está exportando en la actualidad los 2.500 gigavatios que necesita el país vecino para cubrir las necesidades energéticas que no pueden satisfacer sus reactores nucleares parados.
Térmicas como Comopstilla, que llevan inactivas buena parte de este 2016, han vuelto al trabajo “a destajo”, y las eléctricas están forzadas a aumentar el cupo de carbón nacional. “Compostilla ya está comprando más carbón nacional del que se había comprometido con las empresas mineras”, asegura a Radio Bierzo el director regional de Energía y Minas, Ricardo González Mantero.