La FOP sostiene que la reacción del oso que intentó atacar al lacianiego obedece a una “carga disuasoria”

La fundación baraja que la causa del ataque haya sido que el plantígrado se asustase por la proximidad de una persona que no había percibido
Lugar en el que se resguardó del oso José Manuel Rodríguez

“Cuando un oso pardo se siente amenazado, puede responder de una manera agresiva y los factores desencadenantes pueden ser varios” tal y como explica y recalca el presidente de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero. Los enumera uno a uno: defender a sus crías, una carroña o incluso asustarse por la proximidad de una persona que no había percibido.

Ante esta sensación de amenaza, el animal reacciona con un ataque breve y rápido para hacer frente al peligro y una huida inmediata. “Es lo que denominamos como ‘carga disuasoria’, explica el presidente, quien matiza que se trata de “una avanzada para decirle a alguien que fuera de ahí, que no es buena idea que esté en ese lugar”. Y esto es lo que, según Guillermo Palomero, ocurrió con el oso que intentó atacar al lacianiego José Manuel Rodríguez el pasado lunes por la tarde cerca del barrio ‘El Postoiro’ de Villager de Laciana.

El presidente ha explicado que la FOP “tiene localizada a una osa con sus crías a menos de medio kilómetro del lugar donde se produjo el ataque”. De hecho, uno de los técnicos de la fundación se desplazó hasta el lugar del suceso y tras recorrer el terreno “no hemos podido comprobar que el susto que se llevó el lacianiego, que lo ha descrito tal y como fue, no ha exagerado en nada -precisa el presidente- haya sido porque era una osa y tenía a las crías al lado”.

Por otro lado, Palomero, ha matizado que no parece que el motivo de la ‘carga disuasoria’ fuese la presencia de carroña “porque el técnico pudo comprobar que no había mal olor ni nada por el estilo en esa zona”. Lo que sí tiene claro es que el susto que se ha llevado José Manuel Rodríguez “ha sido enorme”, aunque matiza que no se trata de un ejemplar que podamos calificar de “agresivo” sino que, de alguna forma, “se ha visto amenazado o defendía algo”.

Quizás, la explicación radique, tal y como apunta el presidente, en que el plantígrado “se haya asustado por la proximidad de una persona que no había percibido”. “Si el oso hubiera querido matarlo lo habría hecho, hubiese raíles, vegetación… los osos son trepadores, nadadores, suben, bajan, tienen una fuerza tremenda”, puntualiza Palomero.

El presidente ha añadido que pese a comprender “perfectamente el susto”, este hecho “no ha de cambiar los hábitos de la población de Laciana” y ha insistido en que los vecinos de la comarca “han de seguir transitando por esa zona. Hay que seguir cazando o yendo en bici por la montaña, siempre con los cuidados pertinentes y esto tiene que seguir siendo así, no hay que cambiar ni un solo hábito porque haya osos”.

Respecto a las medidas a adoptar, Palomero pone el acento en la información, “información, información e información sobre lo que hay que hacer y lo que no hay que hacer para que el oso no se sienta amenazado cuando nos encontremos con él. Desde la FOP es lo que estamos continuamente divulgando, ya que esa es la clave”. Porque el presidente de la Fundación ha hecho hincapié en que “cada vez hay más osos por lo que es más fácil que haya un encuentro”.

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