Ya no se ven grúas en Ponferrada como antes. Las que están instaladas en el Museo Nacional de la Energía, en la sede central; otra en la plaza de la Encina, donde se está levantando el edificio en ruina que tanto se tardó en derribar, y otra, si no recuerdo mal, en la zona del plantío, donde se está concluyendo un edificio de viviendas. Habrá alguna más, pero desde luego que se cuentan con los dedos de las manos. Acostumbrados como estábamos a los años de bonanza y construcción compulsiva, las grúas han pasado a ser como el oso pardo cantábrico, ejemplares en peligro de extinción. Los que dependen del sector de la construcción y empresas auxiliares, tenían en las grúas el mejor indicador de que la cosa marchaba. Se movía el ladrillo, el cemento, el vidrio, la carpintería metálica y la tradicional, la fontanería, las empresas eléctricas, las de pintura, las de ascensores y por supuesto las de decoración, muebles y un largo etcétera. Pero ya no hay grúas. Los datos oficiales de la estadística lo confirman: el Ayuntamiento de Ponferrada concedió durante 2011 licencias para la construcción de 36 nuevas viviendas en el municipio. 36. Esta cifra supone el peor dato de los últimos 25 años. No ha habido promoción colectiva, y la mayor parte de las licencias han sido de autopromoción y viviendas unifamiliares. Las causas son las evidentes: la crisis en general y la del sector de la construcción en particular, agravada por la falta de financiación para los compradores. En el resumen de estos últimos 25 años, se puede ver la evolución:
El año de mayor número de licencias concedidas en Ponferrada, fue el 2006, cuando se autorizaron 1.909. No estuvieron mal tampoco los años, 2003, 2004 y 2005, cuando se rozaron también los dos millares de licencias. La luz de alarma, se encendía en 2009 cuando el Ayuntamiento de Ponferrada sólo recibía la petición de 75 licencias de construcción de viviendas, que fueron 200 en 2010 y solo 36, el año pasado. Estos son los indicadores oficiales, los estadísticos, a los que habría que añadir los de las grúas que ya no se ven. A colación traigo, un artículo que acabo de encontrar en la desaparecida revista La Comarca, en el que bajo el título Datos para un sector en crisis se anuncia como la construcción va a pasar unos momentos muy graves en el Bierzo en 1993. Una de las peores crisis de los últimos tiempos, señalaban. En aquel entonces, también la obra pública estaba paralizada y se apuntaba, en la misma revista, que el sector de las naves industriales en el Bierzo estaba muy paralizado por lo titubeante de las actuaciones en los polígonos industriales, la mayor parte de ellos que no acaban de arrancar. Ya ven, 20 años después la historia se repite, más de lo mismo. No es país para grúas. Son una especie en extinción.
Los entendidos en esto de la fauna, dicen que se considera a una especie en peligro de extinción cuando su existencia se encuentra comprometida a nivel mundial. ¡Se cumple!. Las grúas lo están. Y que entre las causas de esa desaparición, está la acción del hombre. Aquí cabrían muchos análisis desde la incompetencia del hombre político de turno, al mero lucro especulativo de algunos empresarios, al binomio peligroso de los dos oficios, a los altos precios de las viviendas, y si nos apuran vamos a tener que echarle la culpa ¡hasta a los cambios fortuitos como el climático!. No, no es país para grúas.