La Guardia Civil de Segovia ha detenido a un hombre como presunto autor de 41 robos con fuerza en repetidores de telefonía móvil de la provincia de Segovia y de otras limítrofes, según informaron hoy la subdelegada del Gobierno, Pilar Sanz, y el teniente coronel de la Guardia Civil de Segovia, Fernando Gil. El detenido, F. B. R., de 42 años y vecino de la localidad madrileña de Pinto, fue arrestado en la madrugada del pasado 10 de noviembre -dentro de la denominada ‘Operación Señal’- mientras asaltaba un repetidor de telefonía ubicado en el paraje El Estepar, en el término municipal de El Espinar (Segovia).
Ya constaban en su historial diversos antecedentes por delitos de robo con fuerza en las cosas y, según la investigación realizada por la Guardia Civil de Segovia, atacó -entre el pasado mes de febrero y el pasado 10 de noviembre- al menos 18 instalaciones de telefonía móvil en la provincia de Segovia (en Villacastín, El Espinar y en las zonas de Cerezo de Arriba y Cerezo de Abajo) y otros 23 en Ávila, Burgos, Madrid y Toledo.
En todos los robos, el presunto autor seguía el mismo método. Actuaba solo y con un plan premetido. Había trabajado como empleado de seguridad en repetidores o instalaciones similares y se valía de Internet para elegir sus objetivos, que solían estar lejos de su zona de origen, que era el sur de Madrid. “Sabía lo que buscaba. Estudiaba la vigilancia y las medidas de seguridad que tenía la instalación que elegía como objetivo, rompía las vallas con cizallas y alicates, y vaciaba entero el repetidor. Sabía lo que podía vender después y lo que no y qué podía coger sin correr peligro, porque te puedes quedar pegado al cortar algún cable”, explicó hoy el teniente coronel de la Guardia Civil de Segovia, Fernando Gil.
El detenido, que ya se encuentra en prisión después de haber pasado a disposición judicial, tardaba “entre dos o tres horas”, según los investigadores, en cargar la furgoneta que empleaba con los equipos de radio, radioenlaces, aparatos de aire acondicionado, baterías y cableado que sustraía, y lo trasladaba todo a varios locales que tenía alquilados en la provincia de Madrid. Después, los desmontaba y los vendía a chatarrerías, donde se hacía pasar por un operador de gestión de residuos para no levantar sospechas acerca de la procedencia del material y poder venderlo legalmente.
El teniente coronel de la Guardia Civil de Segovia calcula que el presunto autor de los robos puede haber vendido a esas chatarrerías entre 7.000 y 8.000 kilos de metal entre febrero y noviembre de este año y que ello le podría haber reportado unos ingresos de entre 30.000 y 40.000 euros, aunque no se descarta que pudiera ser más el dinero obtenido. “Vivía de esto”, apuntó hoy Fernando Gil, que desveló que realizaron un seguimiento del sospechoso hasta detenerlo ‘in fraganti’ y culminar una operación que da por cerrada “salvo algún fleco”.
Zonas más afectadas
La zona de El Espinar y Villacastín y la N-1, por donde transitan alrededor de 18.000 vehículos al día, resultaron las más afectadas -según la Guardia Civil- por estos robos, que podían dejar a esos territorios sin cobertura de teléfono móvil durante “uno o dos días”, de acuerdo a las estimaciones realizadas por los tres operadores que se vieron perjudicados por estos asaltos, Telefónica, Orange y Vodafone.
Estos, que han sufrido un perjuicio económico de unos 350.000 euros, según la subdelegada del Gobierno, agradecieron hoy el trabajo de la Guardia Civil y subrayaron las consecuencias que robos de este tipo pueden tener para el medio rural. “Cualquier persona que tuviera una emergencia en ese momento se veía afectada porque no podía llamar”, indicó el representante de Telefónica, Agustín Benito. “Estamos acostumbrados al robo de baterías, pero en este caso vaciaba prácticamente el emplazamiento y afectaba mucho al servicio”, añadió, por su parte, Ana Serna, de Vodafone. David Martínez, de la operadora Orange, destacó, mientras, que estos asaltos “comprometían la calidad del servicio que damos”.