La Junta de Castilla y León ha retirado de manera cautelar 1.080.000 mascarillas, compradas en China, a la espera de contar con el informe de verificación del Centro Nacional de Medios de Protección, ya que son de la misma marca aunque de distintos modelos de las 20.000 inmovilizadas el viernes.
Así lo explicó la consejera de Sanidad, Verónica Casado, en la rueda de prensa telemática diaria para informar de la evolución del Covid-19 en la que detalló los datos de esa partida de 20.000 unidades compradas en Shanghai, como que es de la marca NK97, del proveedor Shanghai Huanbiao y el Anhui Subolun Garment.
Detalló que se trata de una partida de 20.000 mascarillas adquiridas a principios de abril que adjuntaban los certificados de garantía correspondientes, es decir su homologación con la norma europea para las mascarillas FFP2. Tras analizar las observaciones trasladadas por varios centros asistenciales, se pidió un informe sobre su fiabilidad al Centro Nacional de Medidas de Protección, solicitado el 29 de abril.
Respecto del desfase entre la compra y el informe, señaló que obedece al tiempo en recepcionar las mascarillas, detectar que algo no funciona correctamente y a que es desde el 24 de abril cuando se puede pedir la verificación, cuando el Ministerio de Sanidad habilitó esa posibilidad.
Fue el 7 de mayo cuando la Junta de Castilla y León recibió el resultado del informe y ayer por la mañana se emitió la alerta para la inmovilización y retirada de esas mascarillas de los, detalló, a la vez que subrayó que tienen localizada la compra, es un proveedor chino, gracias a la trazabilidad.
También, indicó que se distribuyó el material a todas las gerencias aunque no se ha utilizado en todos ellos y, por precaución, se han retirado 1.080.000 unidades de mascarillas de la misma marca, pero de otro modelo, para lo que se ha pedido un nuevo análisis de verificación.
Casado manifestó que una de las prioridades ha sido desde el inicio de la pandemia la protección de los profesionales y que éstos tengan seguridad en relación al material que se pone a su disposición, donde recordó que ese mismo problema ha sido compartido tanto por el Ministerio de Sanidad como por otras comunidades.
Son los servicios de prevención de cada centro los encargados de hacer el seguimiento del personal que les haya podido utilizar y serán ellos los que adopten todas las medidas para la protección de los profesionales, precisó, para indicar que cualquier profesional que considere que ha utilizado una de esas mascarillas es “muy importante” que se lo comunique al servicio de riesgos laborales de su centro.
Por último, rechazó la existencia de “negligencia” de la Junta en material defectuoso almacenado en el Hospital Clínico de Valladolid, insistió en que las compras que se realizan tienen certificado de homologación y concluyó que, si no hubieran sido “diligentes”, no habrían pedido la verificación.