Todo sueño empieza por una línea de salida que de no cruzarla es imposible alcanzar la meta deseada, convirtiendo ese anhelo en algo imposible, en una ilusión que con el tiempo quedará en el olvido, tan lejana como el primer escalón del podio para aquel que nunca ha disputado una carrera.
Sin embargo, ese no será el destino de Sara Domínguez Gómez, porque esta ponferradina de 23 años ya ha cruzado su particular línea de salida para subirse a una prueba de fondo en la que la bandera a cuadros no es otra que lograr vivir de su pasión: los rallies.
Por ello, Sara ha empezado a estudiar la carrera de Ingeniería mecánica en Ávila, donde además cursa el título propio de la Universidad abulense de “Experto en tecnología del automóvil de competición”, lo que le permite hacer prácticas en un taller de Getafe donde pone a punto coches de rallies y, por fin, asistir como mecánica a pruebas del Campeonato de España, su próxima gran parada.
Una vez allí, Sara seguirá aprendiendo de un mundo, que como ella corrobora, todavía obedece al tópico de estar ocupado principalmente por hombres. En su promoción de Experto en competición, es la única mujer de un total de 14 alumnos, aunque esto no es ningún problema ya que está totalmente integrada en el grupo y mira con esperanza al futuro del motor porque “cada vez hay más mujeres pilotos, copilotos o mecánicas en la alta competición”.
Una pasión de familia
A pesar de acabar de empezar su carrera, también la formativa, su pasión viene de familia, donde siempre han gustado mucho los coches, desde las motos, hasta la Fórmula 1, pero sobre todo los rallies, la modalidad preferida de Sara, como ella misma reconoce.
Tanto le gusta la competición que no descarta probar incluso como piloto, aunque ahora lo vea lejano, ya que su primera meta es enfocarse en la mecánica y a partir de ahí entrar en algún equipo.
Pero siempre curva a curva, o partido a partido que diría el Cholo Simeone. “Ahora mismo pienso en acabar los estudios y buscar un trabajo relacionado con ellos”, apunta Sara, que es muy consciente de que su carrera ya ha comenzado, la meta es lejana, pero quién sabe si con una buena conducción, no logrará llegar tan lejos como su motor, la pasión, se lo permita.