Lámpara de sueños

Hace siete años, alcaldes mineros, empresarios, sindicatos, administraciones y Universidad participaron en el metafórico encendido de una “Lámpara de sueños”, que se iba a construir entre Torre del Bierzo y Folgoso de la Ribera. Concretamente, en el Alto de la Rueda, a unos mil metros de altitud. Un conjunto monumental, de tres pisos en homenaje y reconocimiento a toda la minería del Bierzo y Lacina. Nuestra particular “estatua de la libertad”, no se llegó a encender nunca. La lámpara no pudo iluminar la esperanza del sector, que siempre fue el más importante de la economía en nuestra comarca. Había fondos del plan del carbón. Esos sí que iban a estar bien empleados. Metafóricamente, a esa lámpara le hicieron abortar, antes de la modificación de polémica Ley de Gallardón. Nadie ofreció supuestos, ni condicionantes. Igual que al parque de la minería de Fabero, el parque del Motor, los arreglos de varias carreteras, y otras actuaciones previstas y necesarios en ese paquete de “fondos del carbón” que no llegaron a su destino.

Las dificultades que desde entonces empezaron a caer sobre la minería como una auténtica plaga destructiva, pudieron más. Crisis económica, recortes en ayudas y continuos impedimentos desde Bruselas, pasando por Madrid, Valladolid, León, Bierzo y Villablino, ocasionaron el injusto olvido de lo que se iba a convertir en emblema de nuestra tierra; en bandera industrial, en hito de una comarca que tanto le debe al carbón. Europa nos ha pedido cuentas. Ha rechazado el Plan del Carbón no se cree las cifras de producción y empleo aportadas por las empresas. Y señala que algunas explotaciones podrían ser rentables, por lo que podrían continuar su actividad sin necesidad de más ayudas públicas. ¿Quién miente en todo este misterio sin resolver de intereses, apoyos y agresiones a la minería?. Creo que ya es tarde para buscar culpables, porque hay muchos y se saben escabullir muy bien. Sobre todo saben sacar balones fuera, por la banda izquierda y por la derecha. Pero también creo, que ese monumento que pretendía la Fundación, esa lámpara de los sueños, se tiene que levantar entre Torre e Igüeña.

Quizá el proyecto primigenio es demasiado ambicioso para “la coyuntura”,esa, a la que le van a desgastar el nombre. Pretendían  un edificio de tres pisos, con un Museo con herramientas y maquinaria, un restaurante con plataforma giratoria y un auditorio que albergaría a unas 1.500 personas. ¿Por qué no rebajar las pretensiones y acabar edificando un monumento digno?. Queda la propuesta en el aire, como el nombre de nuestra sección, pero mucho me temo que El santuario minero del Alto de la Rueda, como el de la Santina de Covadonga, ha pasado a la historia de lo que “pudo haber sido y no fue”. La minería es actualmente más una cuestión de fe, que de apuesta política y empresarial.