La Ponferradina presentó este jueves al defensa Javi Lancho, que llega al equipo berciano procedente del Espanyol B y que ha firmado por dos temporadas con opción a una más en función de objetivos. El director deportivo blanquiazul, José Sietes, destacó de él su polivalencia, ya que puede jugar tanto de lateral izquierdo como de central.
El propio jugador reconoció esa capacidad de adaptarse a ambos puestos y dejó en manos del entrenador su posición en la Deportiva: “El año pasado jugué muchísimos minutos de central en defensa de tres. Lo que diga el entrenador lo intentaré hacer lo mejor posible”.
Tras pasar sus primeros días en Ponferrada, Lancho aseguró que “estoy muy contento y afronto este año con mucha ilusión. Veo un equipo unido, sano y haciendo piña en el vestuario. El club es superfamiliar, muy cercano, van todos a una y es el tipo de club que me gusta”.
En cuanto a su salto desde un filial, Javi Lanch aseguró que “es un reto, es muy diferente estar aquí a estar en un filial. Tienes una ciudad detrás y te vienen a ver seis o siete mil personas. Eso te puede meter más presión, pero es algo que hay que afrontar porque el fútbol es esto. Los filiales son muy diferentes al fútbol de verdad”.
Seis partidos de sanción
El debut de Javi Lancho en la Ponferradina tendrá que esperar, al menos, hasta la séptima jornada de Liga, ya que el jugador fue castigado con seis partidos de sanción tras el último encuentro del año pasado, en el playoff de ascenso a Primera RFEF entre el Espanyol B y el Atlético de Madrid B: “Es fútbol, somos jóvenes y tenemos que aprender de los errores. Asumo las consecuencias y esperaré a que llegue mi momento”.
La sanción viene determinada por la expulsión que sufrió en el último minuto de ese partido por propinar una patada a un rival. Tras ver la roja, según la redacción del acta, “mientras abandonaba el terreno de juego, al pasar al lado del cuarto árbitro le toca a este con el dedo índice dos veces en el pecho, mientras se dirige hacia él en los siguientes términos: “Te has cargado el partido”. Tras esto, se coloca en la entrada que da acceso al terreno de juego para observar el resto del partido. Pese a ser advertido por el Delegado Federativo presente en el terreno de juego que abandonase dicha zona y se dirigiese a su vestuario, hizo caso omiso a sus instrucciones y permaneció ahí hasta la finalización del encuentro”.
Esta circunstancia le costó un partido de sanción por la expulsión, otro por no irse al vestuario y cuatro más por “producirse con violencia leve hacia los árbitros”, según el acuerdo hecho público por el Juez Único de Competición el pasado 30 de mayo.