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Los alcaldes de los municipios que atraviesa el ‘Camino Olvidado’ pedirán a la Junta que lo considere una ruta jacobea

El trazado ya tiene una mínima señalización en todo su recorrido, de Bilbao a Cacabelos, donde enlaza con el Camino de Santiago Francés, y cuenta con albergues en los principales puntos de cada etapa

La Asociación del ‘Camino Olvidado’, que engloba a los ayuntamientos de la provincia por los que discurre esta ruta -de Bilbao y Cacabelos, enlazando allí con el Camino de Santiago Francés- ya trabaja para dar “rigor histórico” al trazado y solicitar a la Junta de Castilla y León que lo considere un camino jacobeo. Así lo ha explicado Alider Presa, alcalde de Igüeña y presidente de la asociación que esta tarde se reunió en Bembibre.

La asociación, constituida en junio del pasado año, incluye a 25 de los 23 pueblos de la provincia por los que discurre este camino. Tan solo faltan por formar parte Cacabelos y Camponaraya -cuyo alcalde ha estado presente en la reunión-, municipios por los que también discurre el Camino de Santiago Francés, que lo están valorando. Además, la asociación no descarta integrar a otros colectivos sociales una vez que ya se ha puesto en marcha.

Gracias al trabajo de la asociación y otros colectivos de las comunidades por las que discurre el trazado, éste ya está señalizado mínimamente en todo su recorrido, de Bilbao a Cacabelos. Además, “en todas las etapas hay algún albergue público o privado, por lo que ya es  posible comer y dormir en los principales puntos”, indicó Presa, que ha recorrido personalmente el trayecto y en cuyo municipio ya hay un albergue.

La recuperación histórica del Camino Olvidado se inició hace más de una década por una asociación de Vizcaya. El trazado, en sus 637 kilómetros de recorrido, discurre por una orografía accidentada aunque no excesivamente compleja, que también puede realizarse en bicicleta.

Un camino más seguro que el de la meseta, por los ataques musulmanes

La situación de los reinos cristianos hizo que este camino fuera relativamente frecuentada entre los siglos IX y XII. El intrincado itinerario costero y la peligrosidad de los caminos de la meseta, por los continuos ataques de las tropas musulmanas lo convirtió en una alternativa segura. Permitía, tras atravesar la cordillera pirenaica o cantábrica, seguir hacia la baja montaña, por un terreno sinuoso y de dificultad media. Una vez que las tierras llanas de la Meseta Norte fueron reconquistadas, los reyes de Navarra y de Castilla y León promovieron el uso de una ruta situada más al sur, para facilitar el tránsito de los peregrinos y también el comercio, impulsando así el Camino Francés en detrimento del Viejo Camino de Santiago.

Desde los Pirineos, y empleando en muchos tramos antiguas calzadas romanas, esta vía llegaba a tierras burgalesas, pasaba por el sur de Cantabria, cruzaba la montaña palentina y leonesa hasta alcanzar El Bierzo. Desde aquí, se encaminaba hacia Galicia.

A la provincia de León el camino entra, desde Guardo (Palencia), a Puente Almuhey, y desde allí, en sucesivas etapas, atraviesa varios municipios de la montaña leonesa y Omaña para entrar en el Bierzo por  Igüeña, y seguir por  Noceda (San Justo de Cabanillas), Bembibre (Labaniego, Arlanza, Losada, Rodanillo y Cobrana), Congosto, Bárcena del Río, Ponferrada (Columbrianos), Camponaraya, Cabañas Raras (Cortiguera)  y Cacabelos.