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Los osos cantábricos no son agresivos

Solo se han producido 5 ataques de osos a personas en la Cordillera Cantábrica en las últimas tres décadas, y ninguno ha sido mortal

El profesor de la Universidad de Oviedo, José Vicente López Bao, y los miembros de la Fundación Oso Pardo, Guillermo Palomero, Juan Carlos Blanco y Fernando Ballesteros han escrito un artículo para aclarar que el oso cantábrico no es agresivo, recordando que solo se han producido cinco ataques de estos mamíferos a personas en la Cordillera Cantábrica en las últimas tres décadas y ninguno ha sido mortal.

El comunicado firmado por estos cuatro especialistas comienza: “Un reciente artículo publicado en la revista Scientific Reports y firmado por investigadores de España, Noruega, Suecia, Finlandia, Italia y Canadá ha puesto de manifiesto que al menos el 50% de los casos de ataques de grandes carnívoros a personas en países desarrollados son consecuencia de imprudencias humanas. El trabajo constata un aumento en el número de ataques a personas en las últimas décadas de forma paralela al incremento en las poblaciones de grandes carnívoros y a una mayor presencia de gente en actividades recreativas al aire libre, pero que aún así se trata de eventos muy raros e infrecuentes”.

“En los últimos días, algunas notas de prensa y noticias relacionadas con la difusión de dicho trabajo científico han mencionado la cifra de 38 ataques de oso pardo en la Cordillera Cantábrica en los últimos años. No obstante, esta información no es correcta y puede llevar a interpretaciones erróneas, teniendo consecuencias importantes sobre el apoyo social a la recuperación de la especie. Los autores de este trabajo solo han recogido y analizado información de 10 ataques de oso desde 1950 en la Cordillera Cantábrica y uno en Pirineos, siendo el resto de los datos correspondientes a otro tipo de interacciones. De hecho, desde que se inició el programa intensivo de seguimiento y censo de osas con crías en 1989, tan solo se han documentado 5 ataques de osos a personas en la Cordillera, que se han producido en la zona oriental y han tenido un perfil similar: una carga rápida de un oso sorprendido por una presencia humana muy cercana, con ataque defensivo y sin ensañamiento. En un caso el oso defendía una carroña y otros dos casos se asociaban al consumo de alimentos de origen humano. Es importante aclarar esta confusión, para dejar bien sentado que se trata de fenómenos muy infrecuentes y que los osos pardos cantábricos no son agresivos. De hecho, las heridas sufridas por las personas atacadas carecieron de especial gravedad”, prosigue el artículo.

Como el artículo resalta que “hay más osos y personas en los montes que hace unos años, lo que incrementa las probabilidades de encuentros e interacciones, que se resuelven en la mayor parte de los casos sin consecuencias negativas. Los osos suelen huir ante la presencia humana y solo en raras ocasiones realizan cargas de advertencia al sentirse amenazados”.

“Pero junto con este mensaje de tranquilidad por el carácter no agresivo de nuestros osos, debemos insistir una vez más en que es necesaria una buena información y una regulación adecuada de las actividades recreativas al aire libre en áreas oseras, especialmente del avistamiento de osos. Es esencial evitar imprudencias y disponer de un protocolo aprobado para prevenir la aparición de osos habituados o problemáticos e intervenir cuando sea necesario”, concluye el comunicado.