El exministro del extinto Unión de Centro Democrático, Rodolfo Martín Villa, asegura que en el caso que tuviera que volver al pasado, al momento de plantear la idea de integrar a León con Castilla para crear la Comunidad Autónoma, lo haría. En un momento en el que el debate sobre la autonomía de la Región Leonesa vuelve a estar en boga, indica: “Sería falta de honestidad y supondría una actitud ridícula que negara mi posición de entonces y creo que la volvería a mantener hoy”.
Así lo señala Rodolfo Martín Villa en una entrevista publicada hoy por La Nueva Crónica, en la que muestra su respeto a “todos los sentimientos” y pone de relieve la “notable” diferencia existente entre el leonesismo actual, que “apuesta por una comunidad con León, Zamora y Salamanca”, frente al de la Transición, “que quería un León solo”.
Martín Villa explica en la entrevista el proceso que llevó a la creación de la comunidad autónoma, en el que él mismo participó como diputado leonés de la UCD y líder del partido en León, cuando “se plantea la necesidad de decidir entre la integración en Castilla y León y la comunidad uniprovincial”. Una decisión que “fue decisión de muchos”, ya que contó con el apoyo de “casi todos los que habíamos sido elegidos, concejales, diputados provinciales, senadores y diputados nacionales”.
No obstante, el que fuera vicepresidente del Gobierno con Calvo Sotelo reconoce que previamente a esta decisión, en el momento de constituir en 1977 las “preautonomías”, se planteó la posibilidad de “unir León con Asturias”, aunque “fue imposible por allí el PSOE y el PC aventajaban en parlamentarios a la UCD y AP”. Un momento en el que la opción de unir León a Zamora y Salamanca “no tuvo la fuerza que estaba representando el ‘León solo’.
Una opción, la de la comunidad uniprovincial de ‘León solo’, por la que, según recuerda Martín Villa, apostó la Unión de Centro Democrático a comienzos del año 1993, algo que él respetó “aunque evidentemente no lo compartía” y por lo que decidió incluso “dejar el escaño y abandonar la vida política por algún tiempo”.
Para Martín Villa, la decisión de crear Castilla y León respondió a la intención de “fortalecer la nación no solo desde Madrid, por lo que se hacía entonces muy necesaria una comunidad fuerte que, sin León, habría quedado muy debilitada”, para lo que además considera que “hay que tener en cuenta en primer lugar que a lo largo de nuestra historia, solo en muy contadas ocasiones y durante muy poco tiempo, hemos estado separados”.
Centralismo
De hecho, tal y como explica a La Nueva Crónica el que llegase a ser gobernador civil de Barcelona durante el franquismo, se pretendía evitar una “esa tentación centralizadora, que está presente en los gobiernos autonómicos para tratar de defenderse a su vez del centralismo del Estado”, por lo que incluso se barajó la idea de establecer la capital de Castilla y León en Tordesillas.
Así, Villa remarca en que se pretendía “algo muy diferente al centralismo autonómico, aunque también es cierto que nunca he participado en una posición ‘antipucelana’ por sistema”, ya que para él “todas las posiciones son respetables, pero llevarlas al extremo de asegurar que no tenemos nada que ver con territorios Palencia o Valladolid me parece una desmesura. El Duero y el Camino de Santiago nos vertebran”.
“Podemos estar orgullosos de nuestra diversidad. Lo que no entiendo es el orgullo de sentirnos tan diferentes de los de Palencia, Burgos o Valladolid, aunque no lo seamos. Los sentimientos son muy importantes, lo sé, pero las normas son obligadas. Por eso, para crear una autonomía, serían necesarios acuerdos de los ayuntamientos de León, Zamora y Salamanca y también de sus diputaciones. Dichos acuerdos necesitarían la aceptación de las Cortes de Castilla y León y la aprobación de una Ley Orgánica cuya aprobación final compete al Congreso de los Diputados y al Senado. Y todo ello requiere la máxima prudencia para evitar situaciones no deseadas”, apunta.
Por ello mismo, al ser preguntado sobre si el mapa autonómico debería ser blindado, explicó que “cuantas menos cuestiones indeterminadas queden en el diseño territorial de España, mucho mejor”.
Desarrollo
Vista a día de hoy la comunidad autónoma, el político tiene claro que se “se sobrevalora la influencia de la política en el desarrollo, la riqueza y el empleo, que en realidad son resultado del esfuerzo de las empresas y de sus trabajadores, de los profesionales y de la sociedad entera”, por lo que apunta que “el desarrollo de Valladolid tiene más que ver con la Fasa y con Renault que con el centralismo”.
Para Martín Villa, “la política es más importante en el reparto de la riqueza creada, en la solidaridad y en los servicios públicos”, motivo que le lleva a retomar el ejemplo de Asturias, una comunidad uniprovincial que “sufre también las consecuencias de la crisis minera y de otros sectores en los que además la empresa pública estaba presente, casi omnipresente”, y que para él demuestra que “lo público coadyuva al bienestar, pero no lo crea”.
Finalmente, el político, que ocupó varias carteras ministeriales con Adolfo Suárez opina sobre la situación política actual y señala que, dado el resultado electoral, “prefería un Gobierno del PSOE tras un acuerdo con el PP que no supusiera una coalición”, ya que “hay temas institucionales que pueden propiciar terrenos de coincidencia entre los dos grandes partidos”, que hacen que esos acuerdos sean “posibles y necesarios” y requieren que “las derechas no estén condicionadas por el fanatismo, ni las izquierdas por el sectarismo” porque “nos fue bien cuando en la izquierda lideraba la socialdemocracia y en la derecha, el centrismo”.