Más de un centenar de personas declarará en el juicio por el asesinato de la peregrina Denise Pikka a partir del martes

Medio centenar de policías están llamados a prestar testimonio además de forenses, peritos y testigos

La Audiencia Provincial de León acoge desde el lunes el juicio por el asesinato de la peregrina norteamericana Denise Pikka Thiem, en el que declararán más de un centenar de personas, entre ellos decenas de agentes policiales, además de forenses, peritos y testigos. La constitución del jurado ocupará la primera jornada y el testimonio del único acusado tendrá lugar el martes. Se trata de Miguel Ángel Muñoz, quien en su día reconoció el crimen y condujo a la Policía al lugar donde ocultó el cadáver aunque posteriormente negó la comisión del delito.

La muerte violenta de Denise se produjo el 5 de abril de 2015 cuando, según se plantea en los hechos justiciables del caso, se desvió del Camino para visitar Castrillo de los Polvazares y posteriormente se desorientó debido a que siguió una flecha que había colocado en un lugar estratégico el acusado para confundir a los peregrinos.

Cuando la víctima pasó a la altura de la finca en la que el acusado residía, éste la acompañó -como había hecho en otras ocasiones con otras caminantes- durante un tramo. El jurado deberá decidir si, tal y como se plantea, el acusado –al que se atribuye un delito de asesinato con alevosía y otro de robo con violencia- la golpeó fuertemente de forma sorpresiva con un palo, sin perjuicio de que al caer se diese contra unas piedras- y la produjo diversas lesiones.

Aún con vida, la habría llevado a un lugar más apartado donde le efectuó un corte mortal de necesidad en el cuello. Después, la desnudó, seccionó sus manos -que no han sido localizadas- y enterró el resto del cadáver. El acusado habría quemado todas las pertenencias de la víctima salvo 1.132 dólares de los que se apoderó y un gorro.

A finales de agosto habría cambiado de lugar el cadáver, trasladándolo al punto en el que fue localizado. El 8 de septiembre dejó su casa y el 11 fue encontrado en la localidad asturiana de Grandas de Salime, horas antes de que llevase a los agentes policiales a ese punto cercano a Santa Catalina de Somoza.