Isabel Fernández, Andrea Rodríguez y Dayana López son tres de los cientos de mujeres que hace poco más de diez años se echaron a la calle desde Fabero y el resto de las cuencas del Bierzo y Laciana para apoyar la lucha de sus maridos, padres o hermanos que peleaban por mantener sus puestos de trabajo en la minería de carbón, una lucha que acabó en derrota, pero que, aseguran, volverían a pelear una y otra vez.
“En 2010 fue lo de Zapatero, que lo salvamos con la reserva estratégica y ahí nos movimos un poco, pero paramos. Pero en 2012 fue la hecatombe y fuimos con todo”, rememora Isabel. “Éramos el apoyo a nuestros maridos, la parte luchadora fuera de la mina, porque nuestro recurso económico o una parte eran sus sueldos”, apunta Andrea.
“Cuando las cosas se pusieron tremendas, nosotras no íbamos a ir a cortar carreteras –aunque en una ocasión lo hicieron–, pero algo teníamos que hacer y decidimos empezar a hacer movilizaciones, fuimos al Senado, a todas partes. Teníamos nuestra propia lucha pero estábamos con ellos. Estuvimos en Ponferrada, en Santa Cruz cuando estaban encerrados, en León…”. Los recuerdos se agolpan en nuestras tres protagonistas, pero esa visita al Senado es la que más presente tienen.
De Fabero al Senado
19 de junio de 2012. Después de varios meses de protestas, huelgas, encierros y manifestaciones, el Senado debate la enmienda del PSOE al recorte al carbón incluido en los Presupuestos Generales del Estado del Gobierno del PP. En las gradas de la Cámara Alta están Isabel, Andrea y Dayana junto a otras muchas mujeres de las cuencas mineras, “aunque no nos dejaron explicarnos ni hacer nada”, lamentan.
La visita al Senado se empezó a fraguar en Fabero: “Empezó Mari Paz desde el AMPA diciendo que había que hacer algo con los niños, pero nos parecía que lo que hiciéramos aquí no iba a salir de las fronteras de León, nadie en Madrid se iba a enterar, así que lo único que podíamos hacer era ir allí. Fuimos varios autobuses y llegamos en manifestación al Senado con camisetas y folletos con el lema Fabero no quiere morir“. Las camisetas se las tuvieron que quitar a la entrada, “pero cuando se votó la moción les tiramos los folletos por encima”, recuerdan.
Aunque no lograron que el Gobierno diera marcha atrás en los recortes, sí lograron la repercursión mediática que buscaban para dar a conocer su descontento: “Fue igual que la Marcha Negra“, aseguran, rememorando la marcha que mineros de toda España hicieron a pie hasta Madrid en julio de ese mismo año.
Una lucha de todos y de todas
Las tres faberenses hacen especial hincapié en la solidaridad que se vivió en aquellos días tanto en Fabero como en el resto de las cuencas bercianas, lacianiegas y del resto de la provincia de León y Asturias. “Había ánimo de colaborar en todas partes porque afectaba al futuro de todo el mundo. Llegamos a estar diez meses sin ingresar ni un céntimo y te tienes que movilizar, porque no es sólo el trabajo de tu marido, sino el futuro tuyo, el de tus hijos y el de tu pueblo, con todos los empleos indirectos que generaba la minería. Era aceptar o pelear, que es lo que hicimos”, apunta Isabel.
Andrea sigue en la misma línea: “Trabajaras o no trabajaras, todo el mundo estaba relacionado con la mina. Cuando fue la manifestación en Madrid, en el pueblo no quedaba nadie. Fue emocionante ver cómo la lucha minera se convirtió en una lucha obrera en general. Para mí fue un ejemplo de la lucha obrera en España”.
Esa lucha las llevó incluso a lo que nunca habían pensado: cortar la autovía A-6 en una protesta en Bembibre. “No teníamos ni idea de cómo hacerlo”, recuerdan con una sonrisa, “llegamos allí y cortamos la carretera, pero no pasaban coches porque ya lo tenían controlado e iban por la parte de abajo. Al final la gente del pueblo nos explicó cómo hacerlo y no pasaron diez minutos hasta que llegaron los GRS. Nos dijeron ‘podemos hacerlo de dos maneras, o pactado o ya sabéis lo que hay después’, así que nos dejaron un corte pactado de dos horas. El problema es que levantar a la gente después fue complicado y algo de miedo pasamos, porque los veías en los puentes que hay encima de la autovía y no sabías si tendríamos que salir corriendo en cualquier momento. Pero aunque tuvieras miedo había que salir a luchar”.
Donde sí hubo momentos de tensión fue en la manifestación de Madrid: “Ahí sí dieron leña”, asegura Isabel. “Nos llevaban como al ganado y habían quitado hasta las papeleras, no sé qué pensarían que éramos. Querían dar una visión negativa, como que iba a ser una manifestación con altercados, y no era eso, en ningún momento promovíamos el vandalismo”.
Un presente y futuro inciertos en las cuencas mineras
A pesar de esos detalles y de que la lucha no sirviera para frenar el cierre de las minas de carbón y, con ello, abocar a toda la comarca a un futuro incierto aún a día de hoy, ninguna de nuestras tres protagonistas cambiaría lo que hizo entonces: “Sí ha servido para algo”, reflexionan, “todos nos hemos retratado. Cada uno peleó por lo que consideraba justo y no se consiguió porque no estaba en nuestra mano. ¿Cuánto llevamos reindustrializando esta zona? Da igual que des líneas de ayuda para subvenciones, el problema es que aquí no hay alternativas. Aquí no se dan los pimientos y los tomates, eso se da en el Bierzo Bajo. Aquí tenemos carbón, no tenemos nada más”.
Ante la pregunta de si les quedan ganas de seguir peleando, Isabel lo tiene claro: “¿Qué vamos a pelear ahora si ya hemos tirado las térmicas porque somos más verdes que las lechugas? Encima había un proyecto en Ciuden para recuperar CO2 bastante avanzado hasta que llegó Rajoy y dijo que inversión cero para Ciuden. Mi marido está trabajando en Tragsa en lo que se supone que es la transición justa, que es poner una escombrera como estaba. ¿Eso a dónde nos transiciona? Porque yo no veo un empleo ahí arriba. Es como las prejubilaciones, van engañando poco a poco, pero esto no nos lleva a ningún sitio”.
El orgullo minero de las mujeres del carbón de Fabero
Lo que sí tienen intacto estas tres mujeres, y muchas otras a las que representan, es el orgullo minero: “Aquí todos somos hijos, nietos y biznietos de mineros y nos movilizaríamos siempre, es lo que hemos visto en casa toda la vida y lo llevamos en la sangre. Hay gente que dice que vaya tontería, que al final era por defender a Victorino, pero no era por eso. Que él saliera beneficiado era el mal menor, de lo que se trataba era de defender a nuestra tierra”.
“Esto ha sido una contribución a la lucha obrera que es única. Nadie se reivindica en ningún sector como se reivindicó la minería y, sutilmente, se han cargado al sector más reivindicativo”, afirma Andrea. “¿Acaso piensan que un país va a poder vivir sólo del sector servicios? Como no tengamos un sector primario fuerte… Nosotros tenemos mucho carbón, lo que no hay son ganas de sacarlo y prefieren pagar el extranjero. Es triste, pero yo estoy muy orgullosa de lo que hicimos”, remata.
Premios Mujer Bierzo 2023
El Ayuntamiento de Fabero, con la alcaldesa Mari Paz Martínez al frente, ha propuesto a las mujeres que participaron en la lucha minera como nominadas a los Premios Mujer Bierzo 2023 que organiza El Bierzo Digital. Estos premios buscan reconocer y galardonar la encomiable labor de todas las mujeres y, especialmente, de las de nuestra comarca. Es la tercera vez que el Ayuntamiento de Fabero apoya esta iniciativa y en años anteriores pudimos conocer las historias de Paula Belenda y Gumersinda Cadenas.