El CSIC, junto a la Universidad de Oviedo, han ampliado a Laciana la búsqueda del oso que atacó a una mujer en la noche del 30 del mayo, cerca de la localidad asturiana de Sonande (Cangas del Narcea). Del lugar del ataque se ha recogido material genético del oso para determinar su género y otras características que puedan ayudar a identificar al animal, para determinar con mayor exactitud el motivo del ataque, que en principio se supone que se debió al encuentro fortuito y súbito del oso y la mujer y a la percepción del animal de que la mujer pudiera suponer un peligro.
La Fundación Oso Pardo (FOP) ha manifestado su deseo de que la vecina se recupere cuanto antes, y su apoyo tanto a ella como sus familiares en estos momentos. “Su recuperación es la prioridad”, afirman. La FOP ha participado en la prospección de campo dirigida por técnicos y agentes del Medio Natural del Gobierno del Principado de Asturias, para tratar de esclarecer las circunstancias en que se produjo el ataque. Este tuvo lugar pasadas las nueve de la noche, cuando el oso, que salía hacia la carretera desde un camino, se encontró de forma fortuita con la mujer, que estaba paseando y se encontraba a pocos metros, y al parecer la percibió como una amenaza y la golpeó con una de sus manos, arañándola y derribándola, para a continuación huir inmediatamente. La mujer sufrió heridas graves en la cara y, debido a la caída, la rotura de la cadera. “En ningún momento hubo ensañamiento, ni el animal arrastró a la persona por la carretera, como se ha difundido en algunas versiones”, afirma la FOP.
Este patrón responde a los pocos casos previos de ataque recopilados desde 1989 en España, entendiendo el ataque como encuentros agresivos con contacto físico. En concreto, se trata del octavo caso en la Cordillera Cantábrica y el primero en el núcleo occidental de osos. “Todos ellos, incluyendo este último, se han debido a encuentros súbitos y han durado pocos segundos, tras los cuales los osos han huido. También se debe señalar que el incidente se ha producido en un espacio de una importante biodiversidad, el Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias, que cuenta con una saludable población de osos. Los osos cantábricos están experimentando una recuperación desde finales del siglo pasado, aunque la especie continúa estando en peligro de extinción”, señala la FOP.