Todos los días del año los periodistas que ejercemos nuestra profesión tenemos el honor, pero también la responsabilidad, de desempeñar un servicio esencial en nuestra sociedad. Por este motivo, hoy 24 de enero, festividad de nuestro patrón San Francisco de Sales, es una efeméride ideal para recordar una vez más la responsabilidad que tenemos durante nuestro ejercicio profesional, pero también para sensibilizar a la ciudadanía de la importancia de nuestra labor.
Estamos viviendo unos años en los que la sociedad evoluciona vertiginosamente, lo que en ocasiones provoca confusiones que conllevan unos efectos muy negativos. Uno de estos errores es confundir el periodismo con otras formas de comunicación, las cuales son lógicamente respetables, pero que no obedecen ni se rigen bajo los principios deontológicos de la profesión periodística. Por esta razón, los ciudadanos deben saber a la hora de recibir información si ésta proviene de un medio de comunicación o de otro soporte que nada tiene que ver con la esencia del periodismo.
El mundo digital nos ha expuesto a tal cantidad de datos que, paradójicamente, en vez de facilitar el conocimiento de lo que sucede a nuestro alrededor, muchas veces provoca el efecto contrario. Por este motivo, es importante que los ciudadanos se decanten por informarse a través de la información aportada por periodistas. Asimismo, es recomendable que el consumo de información sea variado y no sólo se consulte un medio de comunicación, éste es el mejor camino para llegar a obtener una visión de lo que sucede lo más cercana a la realidad.
Si entendemos el periodismo como un servicio esencial, un aspecto que no puede pasar por alto, aunque muchos lo intenten hacer de manera interesada, es que el acceso a nuestra profesión debe hacerse a través de la titulación correspondiente en periodismo o comunicación audiovisual. Es inaceptable que a día de hoy haya todavía gente que justifique que cualquier persona puede convertirse en periodista sin pasar por la Universidad. Lo he manifestado en muchas ocasiones y no me cansaré de hacerlo, el periodismo no es un oficio ni una afición, es una profesión y, por lo tanto, requiere tener unos conocimientos que sólo se pueden obtener en las universidades y que luego, junto a la experiencia que se obtiene en las redacciones en el día a día, hacen posible que las personas que nos hemos decantado por ser periodistas podamos desarrollar nuestra labor profesional de manera ética y con rigor.
Finalizo con un ruego a todos los compañeros y compañeras periodistas. No caigamos en el error de dejarnos llevar por la corriente actual de nuestra sociedad y huyamos de la polarización y del sectarismo, porque nuestra obligación no es servir a los intereses de una u otra ideología, sino estar comprometidos con la verdad.
Pedro Lechuga Mallo
Presidente de la Asociación de Periodistas de León (APL)