Ponferrada creará un banco genético para acoger las muestras que permitan identificar a posibles represaliados del franquismo. Así se dio este martes a conocer durante la presentación de los resultados de las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en el antiguo cementerio del Carmen en cuatro fases desde septiembre del pasado año, que concluyen con la localización de restos de diez cuerpos; el número que se considera compatible con las muertes de las víctimas, según diversos indicios.
En total, las labores llevadas a cabo por Tempos Arqueólogos, promovidas por el colectivo Sputnik Labrego, inicialmente en busca de los restos de 29 represaliados de la Guerra Civil y la dictadura franquista, han finalizado tras localizar huesos de 21 personas después de abrir 36 sepulturas.
Los análisis antropológicos que se lleven a cabo permitirán poner en marcha ese banco genético, para cuya creación se solicitará una subvención a la Federación de Municipios y Provincias, FEMP, y se aportarán fondos municipales, si fuera necesario, según lo apuntó hoy el alcalde, Marco Morala.
“El banco genético será el siguiente paso para que en el futuro, quienes todavía no han logrado, localizar a sus familiares puedan hacerlo” señaló el portavoz de Sputkik, Alejandro Rodríguez, quien quiso incidir en la complejidad técnica de los trabajos acometidos “para conseguir orientación sin tener un plano general”.
La conclusión fundamental sobre lo hallado -restos de cuatro víctimas es el espacio católico del antiguo camposanto y de seis en el civil- es que es muy probable que en una de las ampliaciones llevadas a cabo en la década de los 50 parte de los restos que se intentaban localizar fuesen trasladados “no se sabe a dónde; seguramente a un osario y esos espacios se aprovecharon para seguir enterrando” en un lugar cuya escasez de terreno quedó reflejado en un escrito de 1952 en el que se apuntaba que solamente quedaban tres sepulturas disponibles.
“Nos planteamos este proyecto como una necesidad de la sociedad ponferradina y berciana para dar respuesta a las familias y ver qué pasaba con ese espacio desde la clausura definitiva del cementerio en 1980” añadió Rodríguez. “Es una labor que nos hace mejores como sociedad y como seres humanos, que me hace estar orgulloso de ser ponferradino”, manifestó el alcalde y añadió que su voluntad pasa por “dentro de la búsqueda de un consenso en la corporación municipal” transformar el terreno que ocupa el antiguo cementerio en un espacio de respeto sobre el que no se edifique nada.
Ocupense tambien un poco de los vivos,
los muertos ya desgraciadamente, no se puede hacer nada por ellos…