Son fechas de «paso de ecuador» de legislatura en clave local. En Ponferrada, además, se une a los ecos del Congreso provincial del PP celebrado el fin de semana pasado. El balance, o los múltiples balances que se empiezan a realizar varían. Por ejemplo, circula una encuesta de intención de voto en la que el PP ponferradino quedaría como estaba con mayoría y tendencia a crecer, al igual que el PSOE; todo ello en detrimento de las múltiples formaciones restantes en las que bercianistas, exsocialistas, ciudadanos…perderían posiciones y surgiría Podemos por vez primera en el Consistorio de la capital berciana. ¡Pero queda tanto para otras elecciones!
Es cierto que el Partido Popular se ha distinguido en la materia turística por encima de todas. Todo el mundo lo reconoce. Si bien sigue adoleciendo de algún logro importante en materia de comunicaciones para la zona, una obra o servicio señera e incluso palpar medidas que relancen la economía de algún modo. Y para eso, el apoyo de instituciones superiores es fundamental.
También se ha logrado romper el maleficio de la moción de censura. Al encontrarse en mayoría minoritaria siempre sobrevolaba en el ambiente un pacto de izquierdas. A día de hoy, tanto por la propia división de esas fuerzas, como por el rechazo que generaría en la opinión pública, esa amenaza se ha salvado.
Gloria Fernández Merayo, como alcaldesa de Ponferrada, desea contar con el control de la Junta Local de su partido, o al menos tener el peso que su propio cargo merece. Sin embargo, a nivel local existen al menos los restos de la etapa López Riesco, algunos de sus propios concejales con bendiciones «provinciales y regionales» y su propio entorno. Todo un encaje de bolillos en clave interna que no se resolverá hasta finales del verano, que es cuando el nuevo presidente provincial, Juan Martínez Majo, ha fijado calendario.
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