PREMIOS MUJER 2024

Preciada carroña

WWF anima a los ganaderos extensivos a solicitar la autorización de la Junta para abandonar carroña. La organización recuerda que la eliminación de los cadáveres de animales es fundamental para la supervivencia de especies
Buitres negros se alimentan de carroña en una reserva biológica (José Vicente / Ical)

WWF anima a los ganaderos en régimen extensivo de la Comunidad a pedir, antes del 31 de enero, a la Junta de Castilla y León la autorización para poder deshacerse de los cadáveres de animales de este modo ya que, además de suponer un ahorro económico es fundamental para especies  como el alimoche, el milano o el buitre negro, cuya supervivencia está amenazada.

La organización conservacionista recuerda que la eliminación de cadáveres de animales a través de estos ‘sanitarios del campo’, en lugar de la contratación de seguros para su gestión y eliminación, tiene otros beneficios añadidos para el medio ambiente (como la reducción de emisiones de CO2 derivados del transporte e incineración de los cadáveres) y para los propios ganaderos, que se ahorran costes derivados de estos servicios, que las especies carroñeras pueden realizar de forma gratuita.

En este sentido, WWF reclama a las administraciones la correcta aplicación de la normativa que regula la alimentación de las carroñeras (Real Decreto 1632/2011), para lograr que su puesta en marcha se traduzca en un ahorro efectivo para los ganaderos en extensivo en el pago de los seguros, y al mismo tiempo garantice un aumento significativo de carroña en el campo.

Castilla y León es una de las comunidades que ha aprobado un decreto para aplicar la citada normativa y que ha concedido un buen número de autorizaciones a explotaciones extensivas para poder abandonar cadáveres de animales en el medio natural, en las llamadas Zonas de Protección para la Alimentación de las Especies Necrófagas.

WWF asegura que la aplicación del decreto requiere un mayor desarrollo en algunas provincias, como Salamanca, Ávila, Segovia, y Valladolid. Todavía existen muchas explotaciones semiextensivas que, según WWF, deberían ser autorizadas, siempre que su manejo sea compatible con el fin del Real Decreto.