A propósito de Tomás Villanueva

Se ha escrito y mucho, sobre Tomás Villanueva tras su repentino fallecimiento la semana pasada. Podría parecer que poco más se puede añadir y, sin embargo, fue tal la entidad del personaje político que bien podría dar como mínimo para unas memorias a modo de “Episodios nacionales”, con permiso de Benito Pérez Galdós o “Benito el garbancero” como le gustaba insultarle Valle Inclán por su afán por el cocido madrileño.

Villanueva fue una de las dos manos de Juan José Lucas, no diremos si la diestra o la siniestra. De hecho con José Manuel Fernández Santiago, su otro hombre más cercano, mantuvo un pugilato que nunca llegó a hacer sangre y que, en la práctica, ganó José Manuel pues fue quien al fin y a la postre desempeñó las funciones de presidente provisional de la Junta de Castilla y León hasta que desembarcó con todos los parabienes -el de Aznar y Lucas- Juan Vicente Herrera.

Sin embargo, Villanueva siguió siendo por muchas legislaturas más el hombre clave en la economía de la Junta de Castilla y León. Tanto es así que su influencia llegaba a tener parte del Gobierno en torno a su magnetismo e influencia. Es más, mucho antes de irse Isabel Carrasco a su León, llegó a existir -diga lo que se diga- una entente en la que, por consejerías no, pero sí por provincias en las que ejercían una gran influencia y sombra de poder los dos consejeros citados y hoy, por desgracia, fallecidos. Esto nunca gustó a Herrera que se encargó con una diplomacia de mano de hierro en guante de seda en ir desactivando poco a poco, año tras año, legislatura tras legislatura. Pero Tomás Villanueva seguía siendo un valor seguro en su Ejecutivo regional.

Acusaciones actuales aparte, para este periodista Tomás era trabajador incansable, generoso haciendo favores y el eterno líder del PP vallisoletano. Y eso a muchos les molestaba.

Borro su teléfono móvil y nuestras conversaciones, pocas, por wasapp con cierta tristeza. Me cuentan que últimamente salía poco de casa, que una vez más tantos de los que parecían amigos del alma habían dejado de aparecer…Descanse en paz.

En ABC