Puri Rodríguez Seijas nació en 1946 en Toreno. Se casó muy joven por amor, un amor que le ha acompañado durante toda su vida y que aún continúa “como el primer día”. Con 19 años tuvo a su primera hija, María Jesús del Juncal, o Juncalita, como sus padres la llamaban. El primer mes de vida de la pequeña, los médicos le diagnosticaron una enfermedad sin cura que se la llevó a los 28 años. Durante este tiempo, Puri y su marido, Manolo, se dedicaron en cuerpo y alma a su hija.
Esto marcó un antes y un después en la vida de Puri, que desde el primer momento que supo de la enfermedad de la niña, se dedicó al voluntariado y a ayudar a los demás. “Mi vida se compuso siempre del voluntariado. Es una cosa que me encanta, donde me encuentro realizada y que me ayuda un poco a olvidar mis cosas”, asegura la mujer.
El matrimonio tuvo otros dos hijos, a los que educaron siempre “en la línea de poder ayudar a los demás”. Antes de la muerte de su hija, la familia viajaba todos los veranos a Lo Pagán, en Murcia, donde vivían unos sacerdotes que ayudaban a enfermos y minusválidos, y que también ayudaron a esta familia berciana “a llevar la enfermedad de nuestra hija y hasta a llevar mejor su muerte”.
A sus 77 años, Puri ha dedicado la mayor parte de su vida “a hacer feliz a la gente”, porque de esta forma, asegura, “yo soy feliz”. Durante 15 años fue presidenta de Cruz Roja, hasta que falleció Juncalita, momento en el que Puri tuvo que dejarlo “porque no podía seguir”. “Estuve un tiempo en el que no tenía ganas de nada y con una depresión horrorosa”, señala la mujer.
Fue gracias a la insistencia de un sacerdote de Toreno “que ya se murió”, por lo que Puri consiguió “evolucionar y superar la depresión”. La mujer cuenta que desde siempre ella se consideró “poco creyente”, pero este sacerdote “me perseguía para que fuera a los cursillos de cristiandad en Astorga”. Puri siempre se excusaba con que no podía dejar a su hija sola, hasta que un día, el cura se enteró de que Manolo se encontraba de baja tras accidentarse en la mina y replicó a Puri que este cuidaría de la niña mientras ella acudía al cursillo. “Ahí fue donde encontré yo la llamada de Dios concretamente y donde descubrí ese Dios. Ahí no era rezar, fíjate. Ahí era hablar con Dios lo que a ti te apetecía hablar con él directamente, como con un amigo”, apunta Puri.
Ese momento a Puri le caló tan hondo, que supo que “ese era mi camino”. Tres días después de acudir por primera vez a los cursillos y escuchar la llamada de Dios, a su hija le dio la primera trombosis. “Y en vez de caerme como otras veces, fui a la iglesia y dije yo, es mi camino, tú mismo me tienes que ayudar. Y por ahí empecé a evolucionar y ya esas depresiones, ya no eran tanto esas depresiones porque yo ya me empezaba a dedicar a la demás gente. Y encontraba ahí mi refugio, en la demás gente”, recuerda.
Un tiempo después del fallecimiento de Juncalita, “en un momento difícil de nuestra vida porque tenía a mis padres en casa y necesitaban ayuda”, llamaron a Puri desde el Hogar del Pensionista de Toreno. Ella les dijo que, aunque le encantaría formar parte de este centro, no podía comprometerse con ellos por el momento. Ahí fue cuando su marido, “que siempre ha estado ahí para mí”, le dijo a Puri que él cuidaría de sus padres para que ella pudiera ir donde la necesitaran. Fue en ese momento cuando Puri se comprometió con el hogar, donde lleva ya 19 años.
Puri es desde entonces la presidenta del Hogar del Pensionista en Toreno, donde están asociadas alrededor de 300 personas. Todos juntos, “como una familia”, viajan; hacen bailes cada sábado; organizan charlas con médicos, psicólogos; hacen comidas… “Tengo una vida social muy bonita. Tengo unos amigos que también son un encanto. Venimos todos los días a la partida, bailamos todos los sábados, viajamos, hacemos una vida bonita”, dice Puri.
En este centro de mayores el baile de los sábados es sagrado. De diez de la noche a una de la mañana, la parte inferior de este edificio se convierte en una pista de baile llena de gente que se mueve al son de la música. “Como verás es muy tarde, pero es que Toreno siempre se conoció porque los bailes cuando terminaban en otros sitios, ya cuando éramos jóvenes, Toreno empezaba el baile y seguimos esa cosa todavía siendo mayores”, dice Puri.
Puri no duda en afirmar que el voluntariado le cambió su vida, una vida que esta berciana ha dedicado siempre a ayudar a los demás. “Yo me siento feliz siempre al lado de aquel que me necesita”, reitera. Eso sí, la ayuda de su marido, “su paño de lágrimas”, ha sido la fuerza que le ha impulsado siempre a seguir, a superar los baches, a ser feliz a pesar de las adversidades que le han tocado vivir desde que era casi una niña. “Tengo mucha suerte de vivir una eterna luna de miel, porque yo siempre fui una soñadora, una romántica empedernida. Sin él no soy nada”, asegura, visiblemente emocionada.
Premios Mujer Bierzo 2023
El Ayuntamiento de Toreno, con el alcalde Vicente Mirón al frente, ha propuesto a esta berciana como nominada a los Premios Mujer Bierzo 2023 que organiza El Bierzo Digital. Estos premios buscan reconocer y galardonar la encomiable labor de todas las mujeres y, especialmente, de las de nuestra comarca. Es la tercera vez que el Ayuntamiento de Toreno apoya esta iniciativa y en años anteriores pudimos conocer las historias de Estefanía Pérez y Celsina García.