Todo el mundo habla con total normalidad y con absoluta seguridad del giro de La Tierra, entre otros motivos porque es lo que se dice en los libros mas elementales; pero la realidad es que así a simple vista lo que “realmente” vemos moverse es el Sol. Los aficionados a la astronomía saben también que noche tras noche la bóveda celeste se ve “girar” en torno a la Estrella Polar y que no toda la bóveda gira al mismo ritmo lo que ya hace siglos llamó la atención de los estudiosos y fue una de las pistas que condujeron (con el paso de los siglos) a la conclusión de que quien realmente gira sobre si es La Tierra. No obstante creo que fue el año pasado cuando no se si en serio o en broma unos autores de nuestros días intentaron de nuevo dar cierta credibilidad-sin conseguirlo- a la idea de que la Tierra no gira sobre si.
La controversia entre si es La Tierra la que gira en torno al Sol o por el contrario es el Sol el que gira en torno a nuestro planeta es tan vieja como la Humanidad misma, de hecho este debate ya se planteó en la época de los antiguos griegos, es decir antes del nacimiento de Jesucristo. Aunque en la historia de este secular debate hay episodios muy curiosos y entretenidos, no me detendré en una reposada exposición del mismo y señalo únicamente que algunos autores (I. Asimov por ejemplo); indican que sólo se pudo demostrar de modo experimental el giro de la Tierra en el año 1851, debido a un célebre experimento llevado a cabo en una iglesia de París, bajo la dirección del físico francés Jean -B-L. Foucault. Este experimento se ha seguido repitiendo desde entonces en muchas partes y consiste básicamente en colocar un enorme péndulo, dispuesto de tal modo que es posible observar como sus oscilaciones se van produciendo a medida que pasa el tiempo en diferentes direcciones. De todos modos lo bueno sería ver girar a nuestro planeta como vemos girar por ejemplo una noria. ¿Es posible contemplar este giro de modo nítido desde una nave espacial por ejemplo?.
Para contestar a esta pregunta hace algunos años (2.008), me puse manos a la obra y calculadora en mano realicé algunos sencillos cálculos a resulta de los cuales pude elaborar, (junto con Elena Meléndez Álvarez),un pequeño artículo que publicamos en una revista de la Asociación Leonesa de Astronomía (LEO).La conclusión del pequeño estudio, fue que es imposible ver el giro de La Tierra con la misma nitidez con la que vemos girar por ejemplo una noria de un parque de atracciones, un tiovivo o la rueda de un automóvil. Ni siquiera los astronautas parecen hallarse en una posición adecuada para ver nítidamente ese giro. Ahora bien esto no quiere decir en modo alguno que La Tierra no gire sobre si. Existen pruebas y fuertes razones para admitir que así es y he aquí algunas de las que podrían citarse.
En primer lugar cabe señalar que las explicaciones mas sencillas, son en general las mas probables y en este caso hay muchos fenómenos a los que aplicar este razonamiento. De hecho en una fecha tan temprana como el año 350 antes de J.C. el filósofo griego Heraclides de Ponto indicó que es mucho mas sencillo suponer que la Tierra gira sobre si, en vez de pensar que es toda la bóveda celeste quien lo hace y puntualizó además que dado que los planetas Mercurio y Venus se encuentran siempre cerca del Sol y oscilando a un lado y otro del mismo, parecía lógico sugerir que quizá estaban girando en torno al Sol y a una distancia menor de este que nuestro planeta. Un buen razonamiento al que seguiría siglos después otro similar mostrado por el rey castellano Alfonso X el Sabio, quien lo expresó con una frase muy célebre: “Si Dios me hubiese consultado sobre el sistema del Universo, le habría dado unas cuantas ideas”, fue lo que textualmente dijo o algo muy similar. Expresión osada e incluso irreverente, máxime en aquella época; pero claro al Rey se le consentía por lo que parece incluso que dudase de la competencia de Dios para hacer el Mundo.
Aunque no puedo explicar en detalle las razones que existen para afirmar que en efecto es La Tierra la que está girando sobre si y no la bóveda celeste; he aquí algunas pistas para quien se quiera entretener en analizarlas: péndulo de Foucault, efecto Coriolis, giróscopo, ecuación del tiempo, achatamiento del Globo Terráqueo en los Polos, frenado comprobado y medido de la rotación terrestre, satélites geoestacionarios, lluvias de estrellas, la medida del paralaje anua, aberración anua de la luz,…… Es prácticamente seguro que existen otros fenómenos u otros conceptos que podrían engrosar la lista y que yo no he citado; pero creo que la relación dada ya es significativa al menos.
Entiendo lógicamente que ahora lo que procede es explicar en detalle una a una las pruebas o razones señaladas, pero esto supondría extenderme hasta límites inaceptables; ahora bien si puedo hacerlo en sucesivos artículos; tantos como razones o pruebas he citado. Como pienso seguir con mis artículos en Bierzo Digital, me servirán pues como “materia prima”. Explicar (y,….. comprender) todos los conceptos aludidos y como en otros casos similares (génesis del carbón por ejemplo a partir de materia vegetal); requiere tiempo a veces mucho tiempo y esto explica porque la labor de divulgación del conocimiento científico, tarda en dar sus frutos.
——
Bembibre, 2 de noviembre de 2013
Rogelio Meléndez Tercero